En el ecosistema emprendedor, el concepto de Producto Mínimo Viable (MVP, por sus siglas en inglés) es casi una filosofía. Se trata de lanzar la versión más simple y funcional de un producto para validar si realmente resuelve un problema en el mercado. Pero esta mentalidad no debería limitarse al desarrollo del producto. También puede, y debería, aplicarse al marketing.
Muchos fundadores se sienten desbordados al enfrentarse a este tema. Piensan que necesitan un gran presupuesto, un equipo completo o una estrategia omnicanal antes de empezar. La realidad es que el marketing, al igual que el producto, también puede comenzar con una versión mínima pero efectiva: un MVP de marketing.
El objetivo no es hacerlo todo, sino enfocarse en las acciones que generan validación, aprendizaje y crecimiento real. A continuación, te compartimos las tres que consideramos más importantes.
Tabla de contenidos
1. Claridad absoluta: saber a quién le hablas y qué problema resuelves
Antes de invertir en anuncios, redes o automatizaciones, necesitas una base sólida: entender a tu cliente ideal y tu propuesta de valor.
Sin claridad, cualquier táctica es ruido.
Tu propuesta de valor es el núcleo de todo lo demás. Define:
- Quién es tu cliente ideal. ¿Qué perfil tiene? ¿Qué desafíos enfrenta en su día a día?
- Qué problema específico resuelves. No se trata de una lista de funcionalidades, sino de beneficios concretos.
- Por qué deberían elegirte a ti. ¿Qué te hace más rápido, más eficiente o más confiable?
Esta claridad te permite hablar el mismo lenguaje que tu público, construir mensajes que conectan y diferenciarte en mercados saturados.
En términos simples: si no puedes explicar en una frase quién eres y qué valor aportas, es momento de revisar tu base.
Un ejemplo práctico:
“Ayudamos a empresas que operan internacionalmente a optimizar sus pagos cross-border, reduciendo costos y tiempos de procesamiento.”
Esa frase resume propósito, público y beneficio. Esa es la claridad que necesitas antes de dar cualquier otro paso.
2. Sistema de captación: convierte la atención en oportunidades
Tener visibilidad no es suficiente; necesitas un método repetible para transformar interés en leads.
Aquí entra en juego el segundo pilar de tu MVP de marketing: el sistema de captación.
No hablamos de grandes embudos ni campañas masivas, sino de construir una estructura mínima pero escalable:
- Una landing page clara y enfocada. Explica brevemente el valor de tu solución y ofrece algo de utilidad a cambio del contacto (una guía, un recurso, una demo, un diagnóstico gratuito).
- Un lead magnet atractivo. No tiene que ser complejo: puede ser un PDF útil, una checklist o una plantilla que resuelva un problema inmediato.
- Un flujo automatizado de bienvenida. Un simple email de seguimiento donde agradeces el interés, presentas brevemente tu marca y das el siguiente paso (por ejemplo, agendar una reunión o probar tu servicio).
Este sistema convierte la atención en datos, los datos en relaciones, y las relaciones en oportunidades.
Lo esencial es que sea medible y replicable: puedes mejorar lo que puedes medir, pero no lo que improvisas.
3. Sistema de fidelización: construye relaciones, no solo transacciones
El tercer pilar del MVP de marketing es el más olvidado, pero también el más rentable: la fidelización.
Conseguir un nuevo cliente cuesta entre cinco y siete veces más que mantener uno existente. Sin embargo, muchos emprendedores se enfocan solo en la adquisición y se olvidan de la retención.
Tu sistema de fidelización no necesita ser complejo. Empieza con acciones sencillas, pero estratégicas:
- Un email de agradecimiento personalizado tras la primera compra.
- Una comunicación periódica con valor (actualizaciones, buenas prácticas, contenidos útiles).
- Una oferta especial o programa de referidos para tus clientes más activos.
El objetivo es mantener una conversación abierta y genuina. Un cliente que se siente acompañado es más propenso a comprar de nuevo, recomendarte y convertirse en embajador de tu marca.
La fidelización también te da datos valiosos: te permite entender qué funcionó, qué mejorar y cómo innovar en tu propuesta de valor.
Empieza pequeño, aprende rápido, crece mejor
Tu MVP de marketing no es una estrategia provisional, es una mentalidad.
Comienza con claridad, construye un sistema de captación, y refuerza la fidelización. Estas tres acciones son suficientes para validar tu propuesta, generar resultados medibles y sentar las bases para escalar de forma sostenible.
El marketing no se trata de hacer más, sino de hacer lo esencial de manera sistemática y coherente.
Porque cuando entiendes a quién sirves, cómo llegar a ellos y cómo mantener la relación, tu negocio deja de depender del azar y empieza a crecer con propósito.
En el entorno actual, la eficiencia y la claridad son las verdaderas ventajas competitivas.
Por eso, en Tropipay creemos en la simplicidad estratégica, y acompañamos a empresas digitales y emprendedores globales con soluciones de pagos internacionales seguras, rápidas y reguladas, para que puedan centrarse en lo más importante: hacer crecer su negocio.


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