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La liquidez en una empresa desempeña un papel crucial para el buen desenvolvimiento de la misma. El desafío de mantener un equilibrio saludable entre cuentas por cobrar y cuentas por pagar es un croquis al que todas las empresas juegan mes tras mes. Sin embargo, existen dos herramientas que, aunque suenan técnicas y a veces complicadas, pueden ser útiles para cualquier negocio. Nos referimos al factoring y el confirming. Veamos de qué estamos hablando.
Tabla de contenidos
¿Qué es el factoring?
El factoring es una solución que permite a las empresas vender sus facturas (o cuentas por cobrar) a una entidad financiera (llamada «factor») a cambio de un pago inmediato. En lugar de esperar el tiempo pactado con el cliente para recibir el dinero, la empresa vende sus facturas a un tercero y obtiene por ello una gran parte de ese monto en cuestión de días. El factor entonces se encarga de cobrar la factura directamente al cliente cuando llegue la fecha de su vencimiento.
Entendámoslo mejor con un ejemplo. Imagina que tienes una pequeña empresa que vende productos a otros negocios. Tus clientes están contentos con tus productos, pero el acuerdo de pago establece para el pago un periodo entre 30 y 90 días después de recibir la factura. Mientras ese tiempo transcurre, tú necesitas dinero para que tu empresa siga operando: lo que implica pagar a tus empleados, reponer inventario, cubrir gastos mensuales, etc. Aquí es donde entra el factoring como recurso financiero que ayuda a tu empresa a hacerse de liquidez para realizar los pagos que precisa hacer.
Pasos básicos del factoring
Podemos resumirlo en cuatro pasos básicos:
- Emisión de la factura: Tu empresa genera una factura con un plazo de pago determinado.
- Venta de la factura: Tu empresa vende esta factura a una empresa de factoring que acepta tu caso tras evaluar previamente el riesgo del crédito y acordar términos. El factor entonces te entrega un porcentaje del valor total de la factura de inmediato (generalmente entre el 70% y el 90%) dependiendo de tu solvencia y las condiciones del acuerdo.
- Cobro por parte del factor: El factor asume la responsabilidad de cobrar la factura al cliente deudor cuando venza el plazo de pago.
- Pago del saldo restante: Una vez que el cliente deudor paga al factor, este último paga a tu empresa el saldo restante de la factura, descontando una comisión por sus servicios e intereses por el adelanto de pago otorgado.
Tipos de factoring
Dentro del factoring pueden diferenciarse dos tipos fundamentales. Estos son:
- Factoring sin recurso. El factor asume el riesgo de impago del cliente deudor. O sea, si el cliente deudor no paga la factura, tu empresa, que vendió la factura, no tiene que devolver el adelanto de pago recibido, otorgado por el factor.
- Factoring con recurso. Tu empresa asume el riesgo de impago, asegurando que tiene recursos para responder si tiene lugar esa situación. Si el cliente deudor no paga la factura al factor, tu empresa entonces debe devolver el adelanto que recibió de este.
¿Qué es el confirming?
Diferenciándose del factoring, el confirming es un servicio ofrecido por bancos o entidades financieras (confirmantes) que gestiona los pagos a tus proveedores (o sea, las cuentas por pagar). Al realizar un acuerdo con estas entidades, ellas se encargar de pagarles a los proveedores, incluso permitiéndoles cobrar antes del vencimiento.
Veámoslo en un ejemplo completo. Tu empresa suele comprar productos o servicios a proveedores y necesita gestionarlo de manera eficiente. Para ello, pactas un acuerdo de pago en el tienes entre 30 y 90 días para pagar. Tus proveedores, por otro lado, podrían necesitar el dinero antes para cubrir sus propias necesidades financieras. Entonces, decides contratar una entidad que ofrezca un servicio de confirming. En pasos simples, este proceso funciona así:
- Emisión de la orden de pago. Tu empresa emite órdenes de pago para sus proveedores y envía la información al banco que ofrece el servicio de confirming.
- Notificación a los proveedores. El banco entonces notifica a los proveedores sobre las órdenes de pago emitidas por tu empresa y les ofrece la opción de cobrarlas cuando deseen. O sea, de forma anticipada, que puede ser en cualquier momento antes de la fecha de vencimiento acordada, o cuando se cumpla el plazo. Ambas formas de cobro tienen sus especificaciones:
- Cobro anticipado de los pagos. Si los proveedores deciden anticipar el cobro de sus facturas, el banco les paga de inmediato, descontando una comisión o interés por el servicio de anticipo.
- Pago en la fecha de vencimiento. Si los proveedores no optan por el anticipo, el banco realiza el pago en la fecha de vencimiento estipulada por tu empresa, sin ningún costo adicional para el proveedor.
Tipos de confirming
Dentro del confirming pueden distinguirse dos tipos básicos. Estos son:
- Confirming sin recurso. La entidad financiera que brinda a tu empresa el servicio de confirming asume el riesgo de impago por parte de tu empresa. O sea, si tú no le pagas, los proveedores que han recibido el anticipo no están obligados a devolver el dinero.
- Confirming con recurso. En este caso, la entidad financiera no asume el riesgo de impago. Si tu empresa no cumple con el pago en la fecha de vencimiento, la entidad financiera puede exigir a los proveedores el reembolso del anticipo que se les dio.
¿Cómo influyen el factoring y el confirming en tu empresa?
La aparición de este tipo herramientas financieras brindó a las empresas soluciones viables para la gestión de sus cuentas por pagar y por cobrar. Entre los principales beneficios que estos recursos han brindado se pueden mencionar:
Mejora del flujo de caja
El flujo de caja de tu empresa es un elemento que se ve favorecido con el empleo de estos recursos financieros. Por un lado, con el factoring tu empresa obtiene liquidez inmediata sin tener que esperar por el pago de tus clientes en la fecha acordada. Esto es ventajoso ya que te permite reinvertir en tu negocio rápidamente. Por el otro, con el confirming tus proveedores reciben su dinero cuando lo necesitan, sin necesidad de esperar hasta el cumplimiento del plazo pautado de cobro. Así, son ellos los que ven beneficiados su flujo de caja. De manera general, todo esto puede significar descuentos o mejores condiciones de suministro para tu empresa, al tiempo que planificas mejor tus pagos.
Ayuda en la gestión de cuentas por cobrar y por pagar
Mientras que el factoring mejora la gestión de la cuentas por cobrar, el confirming incide en la gestión de las cuentas por pagar. El factoring delega en un tercero la función de cobrarles a los clientes deudores de tu empresa. Por su parte, el confirming deposita en una entidad financiera la función de pagarles a tus proveedores, facilitando la vida administrativa de tu empresa.
Reducción de riesgos
Ambos recursos contribuyen a la reducción de riesgos para tu empresa. El factoring puede proteger a tu empresa del riesgo de impago por parte de tus clientes, especialmente en el caso del factoring sin recurso. En cuanto al confirming, te aseguras de que tus proveedores estén contentos y sean financieramente estables, reduciendo el riesgo de interrupciones en tu cadena de suministro.
Ahorro de tiempo y recursos
Ambas herramientas simplifican la gestión financiera de tu empresa. Por un lado, el factoring te libera del trabajo de cobrar facturas a tus clientes, mientras que por el otro el confirming automatiza el proceso de pago a proveedores. Son dos perspectivas de un proceso comercial que se complementan muy bien. Esto significa menos papeleo para tu empresa y más tiempo para que tu equipo se concentre en lo que realmente importa: hacer crecer tu negocio.
Sin embargo, estos recursos financieros también tienen sus inconvenientes. Los más relevantes son:
Costos asociados
Que un tercero te cubra tus responsabilidades no sale muy barato. Recuerda que en cualquier caso ese tercero está haciendo lo que deberías hacer tú, y como un servicio que se brinda, cobrará por ello. Tanto las empresas de factoring como las de confirming suelen cobrar comisiones significativas por cada operación, en base al crédito solicitado. A esto agrégale la posibilidad de comisiones adicionales si se vence el crédito o por determinados servicios específicos.
Impacto negativo en la imagen de la empresa
Si tú fueras un cliente o un proveedor de otra empresa con la que trataste directamente una cuestión comercial, ¿te gustaría que un tercero apareciera de repente a cobrarte o pagarte? Una de las primeras preguntas que tendrías sería: ¿por qué la empresa a la que le compro/vendo algo no trata conmigo directamente? Desde esta perspectiva, la utilización del factoring o confirming puede afectar la percepción de la empresa por parte de sus clientes o proveedores. No solo da la sensación de que tu empresa no confía en ellos dentro de la relación comercial, sino que además pudiera generar dudas sobre tu estabilidad financiera.
Mayor riesgo en el factoring con recurso
En la modalidad de factoring con recurso, si la entidad financiera devuelve a tu empresa las facturas por impago de los clientes, la pérdida de tu empresa será mayor a la prevista. Esto se debe a que ahora se suma al impago de los clientes el cobro que hace la entidad financiera por sus servicios. Esta encrucijada es potencialmente más perjudicial que no haber utilizado el servicio.
Así que ya sabes, el factoring y el confirming son herramientas financieras a disposición de las empresas. Una te ayuda con tus cuentas por cobrar y la otra te automatiza el proceso de cuentas por pagar. En cualquier caso, valora la situación de tu empresa, estudia la factibilidad de estos recursos en función de tu situación, y toma tus decisiones.
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