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Para los amigos freelancers, conseguir contratos de trabajo jugosos y duraderos es como darle en el centro a la diana. Sin embargo, a veces esa diana está bien complicada de alcanzar y hay que seguir trabajando para atinar. No obstante, a veces “los planetas se alinean” a su favor y sucede lo anhelado: un cliente quiere sus servicios por tiempo prolongado. ¡Bingo! La “suerte” ha sonreído (aunque bien sabemos que la “suerte” no siempre trae “suerte” si uno no está preparado). Así que, suponiendo que nuestro amigo freelance ha desarrollado una obra que habla por sí sola, ahora recibe una oferta de trabajo muy atractiva. Y entonces aparece la incertidumbre de cómo lograr una negociación justa y que se concrete. Pues sobre eso vamos a conversar en esta ocasión, a fin de brindar algunos consejillos sobre negociación de retenciones y contratos a largo plazo.
Tabla de contenidos
Negociación de retenciones y contratos freelance a largo plazo
Entre recibir una solicitud de servicio y firmar su aceptación por ambas partes, se suceden una serie de conversaciones importantes y vitales en toda relación de trabajo colaborativa. Ambas partes (cliente y trabajador freelance) necesitan sentarse a conversar sobre los términos y condiciones que regirán esta colaboración. En este proceso de negociación se ponen sobre la mesa necesidades, expectativas, demandas, obligaciones, e incluso se suelen incluir cláusulas especificando los beneficios de ambas partes. Así, queda establecido en un contrato de mutuo entendimiento el qué, cómo, cuándo, dónde y hasta el por qué que marcará la ruta a seguir.
Cuando se habla de retenciones, se hace referencia a lo que el cliente entrega o paga al freelance a cambio del servicio que este le brinda. O sea, son esas tarifas que recibirá el freelance por su trabajo y que son recurrentes (semanal, mensual, etc.), pues se mantienen durante un periodo de tiempo determinado. Al firmar un contrato donde se han establecido las retenciones, lo que se hace es oficializar el acuerdo y compromiso entre las partes. El freelancer estará disponible para el cliente dentro de las horas o servicios acordados, y con ello asegurará ingresos estables, gracias a la recurrencia del pago. Este sistema suele ser positivo para ambas partes al construir una relación sólida y optimizar los procesos de trabajo.
Consejos para la negociación de retenciones y contratos freelance a largo plazo
Negociar contratos de retención y colaboraciones a largo plazo con clientes es una tarea que todo freelancer debe saber hacer y tener la seguridad necesaria para llevarla a cabo. Sin embargo, para llegar a un acuerdo favorable es preciso desarrollar cierta habilidad, contar con preparación y mucha comunicación. Por ello, aquí reunimos una serie de buenas prácticas o consejos para la negociación de retenciones y contratos freelance a largo plazo.
Ten claro el concepto de retención y contratos a largo plazo
De ahí debes partir y por eso comenzamos el post encuadrando este concepto; porque tienes que estar claro de las implicaciones de los contratos de este tipo. Si bien te traerán una estabilidad económica a raíz de la recurrencia de pagos, también exigen de ti, además de tu trabajo, tu disponibilidad. Todo eso quedará bien establecido en el contrato, pero a veces una cosa es lo que se escribe y otra lo que se hace. Y como estamos seguros de que no querrás dificultades legales ni manchar tu reputación como freelance, debes ser responsable y serio con esto. De ahí la importancia de tener en cuenta siempre este pequeño, pero importantísimo detalle.
Comprende bien las necesidades del cliente
Tienes que tener los pies bien puestos sobre la tierra. Que la emoción de conseguir un contrato a largo plazo no nuble tu visión de profesional. Debes investigar bien cuáles son las necesidades puntuales del cliente, sus expectativas y, por ende, lo que demandará de ti. Partiendo de allí podrás lograr dos cosas: analizar si puedes comprometerte y cumplir con lo que el cliente desea, y brindarle ofertas personalizadas que permitan aportar valor a tu propuesta. Por último y no menos importante al respecto, podrás demostrarle al cliente cómo puedes llegar a ser una pieza clave en su estrategia.
Define bien tus servicios
Trata de no pasarte de la raya por intentar comerte al mundo. Puedes querer hacer mucho para impresionar a tu cliente, pero esto no es una buena estrategia. Además, necesitas elementos objetivos por los cuales medir tu trabajo, y que a su vez justificarán tus ingresos. En este sentido, define el alcance de tu trabajo. Establece límites claros sobre lo que incluye el contrato, en tanto a los servicios que ofrecerás, las horas que dedicarás y los entregables esperados. Así no solo evitas malentendidos, sino que además te protegerás de trabajar más de lo acordado sin una compensación adicional.
Establece tus tarifas y condiciones de pago de manera justa
Este es uno de los momentos más peliagudos de la negociación de un acuerdo, y tienes que hacerlo sin temor. Hablar de las tarifas de tu trabajo y las condiciones de pago no puede sentirse como que estás pidiendo un favor. En este punto, debes hablar con confianza y ofrecer un precio justo por lo acordado. Aquí valora tu esfuerzo, tu tiempo, tu experiencia, la calidad de trabajo y defiende el valor que le estás aportando al cliente. Si el cliente cuestiona tu tarifa, no temas explicar cómo tu trabajo impactará positivamente en sus objetivos.
A veces este momento se torna similar al juego del halar la soga, cada uno va a tirar para su lado. Pero no se trata de aplicar la fuerza en este caso, sino de negociar con inteligencia, justicia y dándole el debido valor a tu trabajo. Si consideras que pudieras llegar a ceder un poco en tus tarifas, adelántate a esa posibilidad. Brinda como primera oferta una que incluya un monto que estás dispuesto a pretender que rebajas si el cliente te pide modificar la oferta. Así, el cliente siente que ganó una rebaja en la negociación y tú te mantienes ganando lo que siempre esperabas recibir por tu trabajo. Otra opción también puede ser brindar varias ofertas o paquetes, así el cliente tiene opciones para escoger la de mayor conveniencia.
Establece un adecuado balance entre estabilidad y flexibilidad
Ya sabemos que este tipo de negociación de retenciones y contratos a largo plazo implica de ti disponibilidad en los tiempos acordados. Sin embargo, el contrato debe beneficiar a ambas partes y contemplar posibles cambios de condiciones en el futuro. Así que, por una parte, proporciona estabilidad respecto a tu disponibilidad para el servicio contratado; esto es realmente atractivo y demandado por el cliente. Y por el otro lado, incluye cláusulas en el contrato que permitan ajustes si cambian las necesidades del proyecto o si surgen imprevistos. La idea es que tengas alternativas que te proporcionen flexibilidad y te protejan ante eventualidades.
Establece revisiones periódicas del contrato
Muy relacionado con lo anterior y sumamente importante es realizar revisiones y actualizaciones de las cláusulas pertinentes del contrato. Recuerda que el mercado y las necesidades del cliente cambian, por lo que las revisiones periódicas permiten ajustar la relación de trabajo para ambas partes conforme lo demande la realidad. Cada 6 meses o anualmente podría ser un buen tiempo para realizar estas revisiones. Así, será posible ajustar tarifas, ampliar o reducir servicios, e incluso redefinir objetivos según la evolución de la relación.
Incluye cláusulas de renovación, resolución de disputas y terminación
También como parte de tu protección como trabajador (y también la de tu cliente), el contrato debe contar con cláusulas que te permitan renovar o terminar una relación de trabajo, así como resolver disputas. Si pasado un tiempo de trabajo ambas partes desean renovar el contrato, debe existir esa posibilidad con los debidos procedimientos ya establecidos. Si, por alguna razón, ha surgido un problema entre ambas partes que requiera solución, precisan que las posibles alternativas de resolución estén plasmadas en el contrato. Asimismo, si alguna de las partes desea no continuar con la relación de colaboración, deberá tener también la posibilidad de terminar el acuerdo. De ahí la importancia de establecer las pautas necesarias de cómo se deben realizar esos procesos. Por ejemplo: acordar que, para finalizar el acuerdo, cualquiera de las partes debe dar un aviso que implicará un margen de 30 días entre este y la ejecución definitiva.
Establece claridad sobre la propiedad intelectual
A este punto a menudo no se le presta la debida atención, pero hay algunas profesiones en las que esto puede tener gran relevancia; por ejemplo: un diseño, el código fuente de un programa, etc. Por esa razón, cuando se estén estableciendo las negociaciones iniciales de la relación de trabajo, deben dejar claro este tema. Así se evitarán posibles inconvenientes en el futuro.
Deja todo por escrito
Las palabras se las lleva el viento, así que no subestimes la importancia del contrato escrito. Esa será tu única carta de la baraja, pero que, sin fallo alguno, siempre será definitoria para cualquier partido[Yl1] . En este sentido, aunque la relación sea excelente, nunca trabajes bajo acuerdos verbales en un contrato de retención o colaboración a largo plazo. Caer en el “pero tú me dijiste”, es como retornar a una pelea de niños, ganando en este caso el que fue más habilidoso. Así que siempre asegura la elaboración de un documento escrito formal. Este protege a ambas partes y establece un marco claro para la relación laboral.
Mantén la flexibilidad, pero con firmeza
Las negociaciones implican un vaivén. Ambas partes estiran y encogen, ceden y presionan. Lo que no puedes perder de vista como freelancer, es que, por tratar de amarrar ese contrato prometedor, no puedes ceder en todo. Si bien es importante adaptarte a las necesidades del cliente, debes asegurar que el acuerdo sea beneficioso para ti también. Asimismo, no puedes nunca perder la perspectiva de las cosas. El cliente puede intentar imponer términos poco realistas, pero tú debes detectar eso a tiempo y plantear alternativas que respeten tu tiempo y esfuerzo.
Como ves, estos consejos, bien aplicados, pueden librarte de dolores de cabeza y establecer un buen punto de partida para una relación de colaboración a largo plazo. No obstante, estos no son los únicos; y según tu profesión puede que requieras otros más específicos. Aun así, también recuerda:
- Construir una relación de confianza.
- Cumplir tus compromisos en tiempo y forma.
- Mantener una comunicación abierta y honesta. Nunca des nada por sentado, siempre pregunta.
De esta manera, asegurarás brindar un servicio de calidad y beneficioso para ambas partes. Al final, de eso se trata la negociación para llegar a retenciones y contratos freelance a largo, llegar a un acuerdo donde todos obtengan beneficios.
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