Tiempo de lectura estimado: 8 minutos
Durante su desarrollo, los negocios se abren paso en un mercado en el que, por lo general, la competencia es fuerte, y en algunos casos feroz. Esto conlleva necesariamente la realización de acciones que les permitan, si no sobresalir, al menos mantenerse a flote. De ahí que la mejora constante es una máxima en la que los negocios no pueden dejar de enfocarse. Y para ello, es preciso una autoevaluación periódica que ayude a detectar áreas fuertes y débiles, sobre las que tomar decisiones correspondientes. De ahí la necesidad de contemplar el benchmarking financiero en los negocios.
Tabla de contenidos
Entendiendo el benchmarking
En la actualidad, el benchmarking se considera una técnica clave para la evaluación y mejora continua de las diferentes organizaciones. Implica la comparación de las diversas áreas y prácticas de una entidad con aquellas consideradas líderes en el sector. En esta evaluación pueden entrar muchas cuestiones, como el análisis de productos, servicios, estrategias, proyecciones, procesos, entre otros. La finalidad de esta técnica pasa por detectar no solo lo que funciona mal o bien, o las áreas de mejora, sino además identificar buenas prácticas y métodos exitosos; que por su conveniencia es recomendable asumir de forma adaptativa. Esto sin dudas impacta directamente en el desempeño y la competitividad empresarial.
Los más curiosos seguro se preguntarán, ¿y por qué ese término para referirse a esta técnica? Pues bien, hurgando un poco en la evolución del mismo podemos descubrir algo muy interesante. Partamos de que el término proviene del inglés benchmark, compuesto por “bench” que se refiere a banquillo o mesa, y “mark” que significa marca. Originalmente, el término era empleado por los agrimensores para referirse a marcas en piedras que servían de puntos de referencia en las tareas de medición de terrenos. Como también ha ocurrido en otros casos, el término fue tomado por el ámbito empresarial. En este sector, comenzó a usarse para denominar la práctica de comparar el desempeño de una empresa con el de sus competidores, y mejorar así sus prácticas. Y de esta manera es que evoluciona para hacer referencia a lo que hoy constituye una técnica clave y beneficiosa para las empresas.
Benchmarking financiero
Como vimos, el benchmarking puede ser ajustado a una amplia variedad de procesos o sectores de una empresa; así que el área económica también se beneficia de ello. Y en este sentido, bien podemos hablar de un benchmarking financiero.
El benchmarking financiero constituye un proceso analítico y estratégico circunscrito al área financiera. Consiste en el análisis de indicadores financieros de una empresa para luego compararlos con los de otras organizaciones similares, ya sea dentro del mismo sector o en otros relacionados; incluso, se pueden realizar las comparaciones contra estándares globales. Este tipo de análisis se centra en métricas clave, entre las que suelen estar: márgenes de ganancia, eficiencia operativa, liquidez, solvencia, rentabilidad, endeudamiento, entre otros. Y aquí no se trata solo de mirar números, sino de comprender cómo las mejores prácticas financieras pueden ser adaptadas para optimizar el desempeño propio y la competitividad.
Dentro del benchmarking financiero, es posible identificar diferentes tipos, según la perspectiva desde la que se realice el análisis. En este sentido, podemos mencionar:
- Benchmarking financiero interno: cuando la evaluación y comparación se realiza entre diferentes departamentos dentro de una misma empresa.
- Benchmarking financiero funcional: cuando el análisis se realiza con empresas de otros sectores que son relevantes en áreas específicas, como la gestión de costos o la eficiencia operativa.
- Benchmarking financiero competitivo: cuando la evaluación tiene lugar frente a empresas del mismo sector o competidores directos.
Y precisamente sobre el benchmarking financiero orientado a la competitividad es que vamos a profundizar un poco en esa ocasión.
¿Cómo utilizar el benchmarking financiero para mejorar la competitividad?
Entonces, analicemos nosotros como podemos poner en práctica el benchmarking financiero y lograr con él una mejora de la competitividad de nuestro negocio. Para ello, repasemos algunos consejos clave que son esenciales para guiar nuestra acción en pos de mejorar la competitividad.
1. Define claramente tus objetivos
¿Con qué fin vas a emplear el benchmarking financiero para mejorar la competitividad de tu empresa? Pues bien, lo primero es establecer los objetivos que guiarán esa evaluación. Así que debes decidir qué es lo que quieres lograr con este procedimiento; tal vez te interese reducir costos, o incrementar la rentabilidad, o mejorar la eficiencia operativa, etc. Definiendo tus objetivos podrás proceder con la seguridad de contar siempre con una guía para tu análisis y toma de decisiones.
2. Selecciona los indicadores clave
Teniendo claro entonces los objetivos a alcanzar, toca ahora delimitar aquellos indicadores que servirán de referencia para lograrlo. En este sentido, se trata de seleccionar aquellos que sean relevantes para el objetivo que te has planteado; pues una cosa debe estar alineada con la otra, de lo contrario no servirán de mucho. Así que, por ejemplo, si tu objetivo es mejorar la rentabilidad, puedes considerar indicadores como el margen neto o el retorno sobre activos. ¿Entiendes cómo una cosa se engrana muy bien con la otra? Porque de nada sirve enfocarse en analizar la rentabilidad si tomas indicadores que no tributen con suficiente peso a ella.
3. Elige tus referentes de comparación
Ahora es el momento de seleccionar, entre todos los disponibles, aquellas empresas, negocios u organizaciones que realmente constituyan un referente al que tu aspiras alcanzar. Por lo general, si estamos hablando de competitividad, se suelen tomar como referentes empresas que operen en contextos similares. Esto resulta de gran utilidad porque brinda una visión de lo que está funcionando en el sector donde tú te mueves. Y, además, porque vamos a poder realizar la comparación contra aquello que es lo que mantiene competitivas a esas empresas que has seleccionado como referentes.
4. Recolecta y analiza los datos
Ya sentadas las bases de lo que vamos a necesitar, toca ahora recolectar los datos para realizar la evaluación pertinente. Esta es una fase crítica, porque deben ser recogidos datos fidedignos, o lo más próximos a la realidad; y esto no siempre está fácilmente accesible. Entonces, para recolectar los datos que necesitamos vamos a tener que revisar informes financieros públicos, bases de datos especializadas o incluso asociaciones sectoriales. De esta manera, logramos acumular una buena cantidad de información sobre la que realizar los análisis y comparativas pertinentes.
5. Identifica distancias y confluencias
Una vez que realizaste los análisis, llega la fase en la que identificas esas brechas en el desempeño financiero que separan o acercan a tu empresa de otra exitosa. En este punto precisas identificar qué prácticas financieras están ayudando a los líderes del sector a destacarse y ser competitivos. Asimismo, puedes contrastar si las acciones que tu empresa implementa tienen alguna similitud con los referentes. De esta manera, serás capaz de detectar lo que puede considerarse como buenas y malas prácticas para alcanzar una buena competitividad financiera.
6. Adapta e implementa mejoras
Los análisis realizados te van a permitir tomar decisiones sobre qué mejorar en tu empresa, y esto a veces implica implementar prácticas exitosas de otras empresas. Y aquí hay que tener mucho cuidado, porque la copia e implementación automática en tu empresa de lo que funciona en otra no asegura el éxito. Porque recuerda que lo que funciona en otro lado puede no funcionar en el tuyo, pues son realidades diferentes, condiciones diferentes, posibilidades diferentes, … Así que antes de implementar cualquier estrategia tomada de otro lugar, deberás adaptarla a la realidad de tu empresa. O sea, deberás pasarla por el filtro de las características de tu empresa, porque, aunque algo se vea como muy bueno, puede no estar en correspondencia con la identidad y necesidades de tu empresa.
7. Dales seguimiento a las acciones implementadas
Bien sabes que cuando implementas cambios debes monitorear su desarrollo. Porque de seguro no vas a querer que vaya por un camino no deseado. En ese sentido, dales seguimiento a las acciones que hayas implementado con el fin de mejorar la competitividad de tu empresa, en materia financiera. Mide constantemente su impacto y así, poco a poco, podrás garantizar que las mejoras estén contribuyendo a los objetivos definidos. En caso contrario, podrás ajustar a tiempo la estrategia según sea necesario.
Bastante sencillo, ¿verdad? Pues, como ves, el benchmarking financiero puede ser una técnica bastante útil si queremos mejorar la competitividad de nuestra empresa. Eso sí, no está exenta de retos. Por solo citar un ejemplo, conseguir los datos que necesitas de las empresas que consideras referentes puede ser una tarea titánica, e incluso puede que nunca logres acceder a ellos. Asimismo, también tienes por delante el desafío de realizar una comparación realista y contextualizada; pues no todas las prácticas líderes son aplicables a todas las empresas. No obstante, ya sabes que es una estrategia para la mejora continua y la sostenibilidad empresarial. Y su utilidad es una fortaleza con la que puedes contar para llevar adelante tu negocio.
Leave a Comment