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El estrés, tan subvalorado tiempo atrás, es en la actualidad un estado casi constante en un porciento significativo de la población mundial. El estrés tiene una faceta positiva en tanto moviliza a la persona a actuar y ser proactivo ante las contingencias que surgen. Sin embargo, cuando las preocupaciones de la vida cotidiana llegan a desbordar nuestra capacidad para hacerles frente, comienzan a aparecer sus efectos negativos. Cuando el origen del estrés está relacionado con cuestiones económicas o de finanzas, entonces estamos en presencia de un tipo de estrés conocido como estrés financiero.
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¿Qué es el estrés financiero?
El estrés financiero se puede entender como ese estado de angustia o ansiedad, junto a una sensación de presión constante, que se experimenta ante una situación económica incierta. Se vivencia como preocupaciones constantes referidas a temas financieros a los cuales no se les logra hallar solución de manera fácil o rápida. Entre los principales sucesos, aunque no los únicos, que pueden identificarse como causas del estrés financiero se encuentran: la insuficiencia de ingresos para cubrir gastos; el sobreendeudamiento; la incapacidad de cumplir un compromiso económico adquirido; la imposibilidad de ahorrar; la pérdida considerable de dinero; la falta de liquidez; los gastos imprevistos ante urgencias; la impulsividad en compras superfluas; entre otros muchos.
Para ilustrar mejor esto, veámoslo en ejemplos cotidianos. Imagina que te bajas del transporte público y descubres que ya no tienes contigo tu billetera, en la cual llevabas una buena suma de dinero con la que pretendías pagar unas deudas. Por otro lado, imagina que de repente surge un imprevisto de salud y te ves en la necesidad de emplear el dinero del que dispones para costear esos gastos; lo cual implica que no podrás pagar otras cosas igual de necesarias. Por si fuera poco, imagina que llegó el día de pagar el alquiler de tu casa y no tienes el dinero completo, ni la posibilidad de conseguirlo en los próximos días.
Efectos del estrés financiero
Situaciones como estas resultan en estrés financiero para quienes las sufren, y si además se prolongan en el tiempo, el estrés puede llegar a tornarse crónico. Las preocupaciones constantes o la dificultad para visualizar una salida a la situación, suelen provocar efectos negativos que pueden ir desde reacciones psicosomáticas hasta trastornos psicológicos, manifestando diversos grados. Algunos de esos efectos más evidentes y comunes son:
- Trastornos del sueño
- Falta de concentración
- Depresión
- Ansiedad
- Dificultades en la memoria
- Fatiga
- Sensación de vulnerabilidad y de pérdida de control personal
- Cambios de comportamiento (irritabilidad, apatía, tristeza, entre otros)
- Alteraciones cutáneas
- Pérdida de cabello
- Alteraciones en los diferentes sistemas (dificultades gastrointestinales, alteraciones del sistema inmunitario, problemas cardiovasculares, trastornos en el sistema reproductivo, etc.)
Como se puede apreciar, en dependencia de la magnitud del estrés y de cómo lo maneje cada persona, puede llegar a desarrollar trastornos graves, que generen más preocupación. Por este motivo, se debe trabajar para evitar llegar a ese punto y lo más efectivo es hacerle frente a la causa del problema, que en este caso son precisamente esas dificultades financieras.
¿Cómo evitar el estrés financiero?
Sí, es posible combatir el estrés financiero, y también es posible en primera instancia evitar que se genere. Para ello ponemos a tu consideración algunas recomendaciones bastante efectivas y que pueden serte de gran ayuda en el manejo adecuado de tus finanzas personales.
Paso 1: Identifica la causa del problema y arma un presupuesto
Para reducir el estrés financiero, debes detectar aquello que lo genera. Una vez identificado, deberás tomar acciones para solucionarlo. Una manera efectiva es crear un presupuesto que te permita visualizar tu situación financiera global y redirigir tu dinero hacia donde realmente más lo necesites. Ataca primero los problemas más urgentes.
Paso 2: Elimina los gastos superfluos y los gastos hormiga
A veces nos sorprendemos de cosas que hemos comprado y que realmente no necesitamos. Incluso puede que nos dejemos llevar por el furor del momento e impulsivamente compremos cosas de las que después nos arrepentimos. Pues precisamente eso es lo que hay que controlar, nada de gastos innecesarios y frenar todos aquellos impulsos a los que sucumbimos injustificadamente. Asimismo, identifica esos gastos pequeñitos pero constantes que hacemos todos los días, como el café de las mañanas o el dulce de por la tarde. Aunque puedan parecer insignificantes, si haces la prueba de contabilizar todos los gastos hormigas que haces al día, te podrás sorprender de cuánto se te va al mes solo en eso. Y si estás teniendo dificultades financieras, esos son unos de los primeros gastos que deberás eliminar.
Paso 3: Lleva un control serio de tus finanzas
Es importantísimo llevar un registro riguroso de nuestros ingresos y nuestros gastos; tener claridad con respecto a tu presupuesto, tanto mensual, trimestral como anual. Necesitamos saber siempre cuánto dinero tenemos y en qué lo gastamos, así podremos tener una mejor visualización de nuestro panorama financiero. Esto nos permite diferenciar el dinero destinado para los gastos fijos mensuales, como la renta, el seguro, el agua, etc., y aquel que nos queda para ser dedicado a otros fines. Recuerda que es fundamental controlar todos tus gastos, sobre todo cuando empleas productos financieros como las tarjetas de crédito.
Paso 4: Elimina las deudas
Las deudas son uno de los principales estresores en la vida cotidiana. Saber que tienes un gasto constante que no te repercute en ganancia y que, además, se amplía poco a poco por los intereses bancarios, es de las cosas que más drena tu dinero y tu paz mental. Evita a toda costa el sobreendeudamiento y trata de avanzar con paso firme en la eliminación de todas tus deudas. Una buena estrategia es comenzar por aquella que tiene asociado un mayor interés, o por las más pequeñas, y así paso a paso ir saldándolas todas. Trata de no dejar de pagar nunca, para evitar caer en recargos por mora. Nunca cometas el error de endeudarte por un lado intentando saldar otra deuda, porque con eso no eliminas el problema, más bien lo postergas.
Paso 5: Establece un plan de ahorro
Es muy conveniente desarrollar un plan de ahorro y, siempre que se pueda, no desviarse de él, manteniendo un registro detallado de cómo se gasta el dinero. Si se ahorra sobre la base de ciertos objetivos y metas, es posible planificar nuestras finanzas hacia lo que deseamos, ya sea la compra de un inmueble, nuestra educación o incluso la inversión. Haciendo del ahorro un hábito, se reduce significativamente la posibilidad de volver a desencadenar un episodio de estrés financiero. Se recomienda ahorrar entre un 15 % y 20 % de los ingresos mensuales.
Paso 6: Mejora tu educación financiera
Tener conocimientos de economía y finanzas contribuye a reducir significativamente la ansiedad que provoca cualquier eventualidad de esta naturaleza. Sabiendo qué es lo que sucede, por qué ocurre y cómo remediarlo, impedimos que nos genere estrés y logramos mantener la calma necesaria para enfrentar debidamente una situación como esta.
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Paso 7: Invierte sabiamente
Si no conoces el mercado donde quieres invertir, lo mejor será que te informes bien y lo estudies antes de hacerlo. Invertir en algo que no conocemos nos generará una incertidumbre constante que más que ganancias nos llevará directamente al estrés financiero. Es como entrar a un cuarto lleno de obstáculos con los ojos vendados.
Paso 8: Establece un fondo para emergencias
Los imprevistos ocurren, y lo que no nos podemos permitir es no contar con lo necesario para hacerles frente. Por eso, es importante que cuentes con un fondo para situaciones inesperadas. Teniendo esto, evitas endeudarte o afectar tus ahorros. Se recomienda destinar un dinero constante para este fin, llegando a acumular un monto que sea capaz de cubrirte al menos 3 meses si llegaras a quedarte sin ingresos. Es importante que este fondo solo esté disponible exclusivamente en caso de una emergencia.
Paso 9: Sé realista y mantén siempre la objetividad
Debes ser bien consciente de la magnitud de tus ingresos, tus limitaciones y tus necesidades. No puedes trazarte metas por encima de tu nivel adquisitivo; estas tienen que estar sustentadas en lo que tú realmente puedes costear en el tiempo en que lo has planificado. Así evitas preocupaciones, reduces tu ansiedad y contribuyes a tu salud financiera. No significa que no te plantees metas altas, sino que cuando lo hagas, ajustes mejor tu presupuesto para que lo puedas realizar con tu propio dinero y no te veas en la necesidad de endeudarte.
Paso 10: Presta atención a los signos de alerta
Si detectas que comienza a existir una disminución de un 20 % en tus ingresos, o que tu porcentaje de endeudamiento es igual o superior al 40 % de tus ingresos, se torna absolutamente necesario que reorganices tu presupuesto y lo ajustes a las nuevas condiciones. No esperes a que la situación se agrave para tomar medidas, ni creas que mágicamente las cosas se solucionarán por sí solas; puede ser demasiado tarde. Siempre debes estar atento a esos pequeños signos que despiertan la alerta de que algo no anda bien, y tomar cartas en el asunto.
Paso 11: Conversa sobre el problema o busca asesoría financiera si la necesitas
A veces nos tragamos nuestros problemas financieros por vergüenza, sin embargo, hablarlos con nuestros amigos o familiares puede ser una buena estrategia. Enfoques diferentes o estrategias que resultaron efectivas para otros pueden llegar a ser también la solución a nuestro problema. No obstante, si en algún punto te encuentras desbordado y no te sientes con la capacidad de encontrar solución a tus problemas, solicita ayuda financiera. Expertos en la materia pueden ver con mayor claridad alguna solución en lo que tú ya no ves salida.
Paso 12: Mantén la calma
Aunque sea complicado, ante problemas económicos, lo mejor para hacerle frente al estrés financiero es mantener la calma. Solo así podrás tener tu mente despejada para actuar adecuadamente ante cada problema detectado. Trata de mantener una buena alimentación y haz ejercicios físicos si lo consideras pertinente. Evita darle vueltas en tu cabeza a los problemas todo el tiempo; dedícate a pensar en soluciones y no a culpabilizarte más.
Si bien el estrés financiero es muy común en la sociedad contemporánea actual, no te permitas caer en él. Si sientes que ya estás bajo ese estrés, toma las medidas pertinentes que te recomendamos para hacerle frente y eliminar aquello que lo genera. Así, poco a poco saldrás hacia adelante y aún más fuerte en materia de finanzas. Pues ya sabes, mientras más preparado y mejor organizado estés económicamente, mayor probabilidad de éxito tendrás.
¿Tienes algún otro consejo para evitar el estrés financiero? Compártelo en los comentarios y así ayudamos a los Tropipayers que puedan estar en esta situación. También puedes compartirle este artículo a amigos o familiares que lo necesiten. Cuida de los tuyos junto a TropiPay.
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