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Cuando llega diciembre ya se siente que comienza a cerrarse un ciclo más de nuestro negocio. Los largos meses anteriores se han ido y se acerca la hora de analizar qué tan fructíferos fueron. Los cortes y análisis mensuales nos han servido para enderezar el timón durante la travesía, pero este diciembre el análisis debe ser más global. Vamos a necesitar saber si los resultados anuales de nuestro negocio están rindiendo los frutos que se esperan, para entonces tomar las decisiones más acertadas de cara al nuevo año que comienza.
Tabla de contenidos
¿Qué precisamos saber de nuestro negocio al terminar el año?
Todo de nuestro negocio nos interesa, absolutamente todo. La información relacionada con él tiene que estar bien recogida en nuestros registros mensuales para poder llevar una idea fidedigna de cómo avanza nuestro negocio. Partiendo de ahí será posible entonces realizar el cálculo de los resultados anuales y una adecuada toma de decisiones que beneficie a nuestra empresa dentro del mercado en el que se desenvuelve; buscando así su permanencia competitiva y su sostenibilidad.
Para ello, para calcular los resultados anuales al finalizar el año es muy útil realizar lo que se conoce como estado de resultado o de rendimiento. Este no es más que un reporte financiero que refiere el estado de una empresa, en términos de gastos e ingresos, en un periodo de tiempo determinado. En otras palabras, muestra la utilidad o pérdida resultante de todos los ingresos, costos y gastos realizados por una empresa durante un periodo de tiempo.
Sin importar el tamaño, cualquier empresa debe realizar estos cálculos oportunamente. Este análisis permite conocer no solo la rentabilidad de nuestro negocio, sino que a su vez muestra el valor de la empresa, lo cual puede ser atractivo para inversores y proveedores. En este último caso, les brinda la medida de la capacidad de la empresa para devolver dinero de manera fácil.
¿Cómo se calcula el estado de resultado?
Calcular el estado de resultado o de rendimiento no es difícil. Para ello, necesitas tomar en cuenta una serie de datos que debes haber recopilado mensualmente, como son los ingresos, gastos, costos, entre otros. Conociendo esto, vayamos entonces a recorrer paso a paso cómo calcular el estado de resultado de tu empresa al terminar el año.
1. Calcula el monto de tus ingresos
Lo primero que debemos hacer es conocer los ingresos totales recibidos hasta el último mes. Recuerda que estos ingresos constituyen los recursos recibidos por la venta de un bien o servicio en efectivo o crédito. O sea, sería conocer el monto de la venta total que tiene tu negocio. Para tener un dato más exacto, no debes olvides restar de estos ingresos por ventas los descuentos realizados, las devoluciones, las rebajas y hasta las promociones en ventas. Descontando todo esto, vamos a tener entonces los ingresos netos.
2. Calcula los gastos
Por gastos se entienden los pagos realizados por el negocio cuyo fin fue la obtención de ingresos. Estos gastos, si bien se hacen en beneficio de la empresa, debes tener en cuenta que también disminuyen el capital de la misma. Aquí se incluyen dos tipos de costos:
- Costo de ventas. No es más que el costo de producción, o sea, los costos asociados a toda la materia prima consumida durante el periodo.
- Costos operativos o administrativos. Son todos los gastos relacionados con el funcionamiento de la empresa. Por ejemplo, los salarios variables pagados durante ese periodo, transportación, servicios de internet, energía eléctrica, renta, etc.
3. Calcula la utilidad bruta
La utilidad bruta en ventas se obtiene al restarle a los ingresos los costos de venta solamente. Este dato significa lo que te está costando producir aquello que vendes y es importante para saber qué tan rentable está siendo tu negocio.
4. Calcula la utilidad operativa
La utilidad operativa o utilidad en operaciones se obtiene cuando, a la utilidad bruta, se le restan los costos operativos o de administración. Esta utilidad operativa es un indicador de lo productivo que está siendo el negocio. O sea, nos informa si lo operativo está generando utilidad o pérdida para nuestra empresa.
5. Suma o resta el producto financiero según corresponda
El producto financiero son todos aquellos “dineritos” (por decirlo de alguna manera), que se obtienen o están relacionados con el propio dinero. Este producto financiero se suma o se resta a los resultados anuales según corresponda con la realidad del negocio. Para entender esto mejor, pongamos un ejemplo. Si el negocio recibió un préstamo en algún momento, ese préstamo tiene intereses. Esos intereses son precisamente un producto financiero. En este caso, como es el negocio quien debe pagar el préstamo y esos intereses, pues entonces se restan. Si fuera a la inversa, o sea, que tu negocio hubiese hecho un préstamo y estuviera recibiendo los intereses de ese préstamo, entonces se suman.
Otro ejemplo es el conocido cambio de moneda. Si se realiza un cambio y con él se gana gracias a que la tasa está a nuestro favor, pues habría que sumar esa diferencia. Si por el contrario estamos teniendo una pérdida por la tasa de cambio existente en ese momento, pues se resta. De igual forma ocurre con las comisiones bancarias. Estos también son productos financieros y contemplarlos en nuestros cálculos nos va a dar la utilidad antes de impuestos.
6. Resta los impuestos, tributos y obligaciones
Los impuestos son elementos que no debemos olvidar ya que se corresponden con las leyes vigentes a las cuales el negocio debe responder. Asimismo, constituyen la contribución que hace la empresa al gobierno donde opera.
7. Calcula la utilidad neta
Una vez hayas restado el monto correspondiente de impuestos, obtienes finalmente lo que se conoce como utilidad después de impuestos, o utilidad neta. Esta es precisamente el resultado global que se obtiene luego de calcular la diferencia entre tus ingresos y todos tus gastos. Resulta el indicador principal del nivel de rentabilidad de la empresa. Si es positiva significa que el negocio tuvo utilidad, si es negativa implica que lo que se obtuvo fue pérdida. Si la utilidad llega a ser igual a cero, significa que la empresa se encuentra en un equilibrio comercial; no se perdió pero tampoco se ganó. Conociendo la utilidad neta, es posible saber la cantidad de dinero que tiene el negocio para poder ser distribuido, ya sea entre los accionistas o reinvertido.
Como podemos ver, el estado de resultado o estado de rendimiento nos informa sobre los resultados anuales de nuestra al acabar el año. Sin embargo, no basta con obtener un número, sino que hay que saber interpretarlo, incluso a la luz de otros datos. Para estar seguros si realmente tu empresa es rentable, debes saber si el resultado fue positivo y si estás por encima de lo planificado. Pues que sea rentable, no significa que tenga dinero, ya que la disponibilidad de efectivo en el negocio está dada por el flujo de efectivo.
Entendamos esto con un ejemplo. Es posible que en este periodo la empresa haya sido rentable, de manera que los ingresos hayan superado con creces todos los gastos. Sin embargo, puede no tener liquidez. Y esto es perfectamente posible, porque puede que todo el dinero se encuentre en cuentas por cobrar, porque se realizaron muchas compras, o porque se tiene mucho dinero invertido, etc. Igualmente puede ocurrir lo opuesto. Podemos haber terminado el año con buena liquidez, porque, por ejemplo, se inyectó dinero o porque se están cobrando ahora ventas de periodos anteriores, etc. Sin embargo, al mismo tiempo, puede darse que la empresa no se fue rentable en ese periodo, porque los gastos superaron todos los ingresos.
Por esto es necesario hacer un análisis global de nuestro negocio, para no hacernos una idea falsa que pueda llevarnos a tomar decisiones equivocadas. Analiza bien todos los elementos que influyen en tu negocio desde el punto de vista contable y te será mucho más beneficioso. En este sentido, te recomendamos, además, contemplar el cálculo del flujo de efectivo y el estado de situación; este último te mostrará la situación económica de tu empresa en una fecha fija, ya sea presente o futura.
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