Hablar de dinero no es igual en todas partes. La forma en que manejan las finanzas otras culturas varía considerablemente, influenciadas por factores como la educación económica, las políticas públicas, la confianza en las instituciones financieras, el acceso a tecnología y hasta las normas sociales.
En este artículo exploramos, con base en datos y fuentes confiables, cómo se relacionan con el dinero personas de diferentes países: cómo ahorran, cómo invierten, qué riesgos están dispuestos a asumir y qué herramientas financieras prefieren. Lejos de estereotipos, lo que buscamos es entender qué podemos aprender de estas diferencias culturales para mejorar nuestra propia salud financiera.
Tabla de contenidos
🇯🇵 Japón: el ahorro como parte del tejido social
Japón es reconocido por su fuerte cultura del ahorro. Incluso con tasas de interés tradicionalmente bajas, los japoneses han mantenido históricamente un alto nivel de ahorro personal. Según el Banco de Japón, el 50% de los activos financieros de los hogares están en efectivo o depósitos bancarios (2023), lo cual muestra una fuerte preferencia por la seguridad sobre la rentabilidad.
Esto se debe, en parte, a la educación financiera desde edades tempranas y a una visión cultural que valora la estabilidad, la previsión y la responsabilidad familiar. Aunque en los últimos años ha habido un ligero aumento en la inversión individual, el perfil promedio del ahorrador japonés sigue siendo conservador.
💡😲 Hay reportes frecuentes de dinero escondido en futones, cajones, e incluso en cajas de galletas. La policía japonesa ha encontrado millones de yenes olvidados en viviendas vacías o herencias sin reclamar.
🇩🇪 Alemania: planificación y desconfianza al crédito
Alemania es otro ejemplo de cultura orientada al ahorro, pero con un matiz particular: una marcada aversión al endeudamiento. Históricamente, la población alemana prefiere pagar al contado o con débito, y el uso de tarjetas de crédito sigue siendo comparativamente bajo respecto a otros países occidentales.
Una encuesta del Bundesbank reveló que más del 60% de las compras diarias en Alemania todavía se hacen en efectivo (aunque esto ha ido bajando tras la pandemia). En cuanto a la inversión, los productos más utilizados son seguros de vida, fondos de inversión conservadores y bienes raíces.
La planificación a largo plazo y el control estricto del gasto forman parte del comportamiento financiero típico del país. Las herramientas de presupuestación y las cuentas de ahorro sistemático están muy extendidas entre la población.
🇺🇸 Estados Unidos: cultura de inversión y acceso a crédito
A diferencia de Japón o Alemania, en Estados Unidos el foco está más puesto en la inversión que en el ahorro pasivo. Un alto porcentaje de los hogares estadounidenses participa en los mercados financieros, especialmente a través de planes de jubilación como el 401(k) o cuentas IRA.
El sistema promueve una cultura de asumir riesgos controlados con la expectativa de obtener mayor rentabilidad a largo plazo. Esto también está relacionado con una menor red de seguridad pública, lo que hace que los ciudadanos deban encargarse más directamente de su futuro financiero.
Por otro lado, el acceso al crédito es amplio y se usa con frecuencia. Esto puede ser útil para generar historial crediticio, pero también representa un riesgo si no se administra con disciplina. La educación financiera en EE. UU. varía mucho según el estado y la escuela, lo que genera una brecha entre quienes entienden las reglas del juego financiero y quienes no.
🇮🇳 India: finanzas informales y oro como reserva de valor
Hablando de finanzas en otras culturas, India ofrece un panorama diferente, donde el sistema financiero formal convive con una economía informal muy activa. Una parte importante de la población no está completamente bancarizada, aunque el avance de las fintech ha reducido esta brecha en los últimos años.
El ahorro tradicional en India suele canalizarse hacia activos físicos como el oro. Este metal tiene un fuerte valor cultural, pero también actúa como protección frente a la inflación o la inestabilidad financiera. Según el World Gold Council, las familias indias poseen más de 25,000 toneladas de oro, en su mayoría en forma de joyas.
En cuanto a la inversión, hay un crecimiento sostenido del interés por los fondos mutuos y acciones, especialmente entre los jóvenes urbanos. Las apps de inversión han facilitado este acceso, pero todavía existe un gran segmento de la población que se mueve fuera del sistema financiero formal.
💡😲 En muchos hogares rurales, el oro se guarda no solo como joyería, sino también escondido en lugares inusuales de la casa: dentro de colchones, tinajas de arroz o detrás de ladrillos. Es una forma cultural y funcional de «guardar valor», transmitida por generaciones.
🇸🇪 Suecia: digitalización, confianza y visión colectiva
Suecia es un modelo de sistema financiero altamente digitalizado y con una fuerte confianza institucional. El uso de efectivo ha caído drásticamente; según el Riksbank, menos del 10% de las transacciones en tiendas se hacen en efectivo.
Los suecos están muy familiarizados con productos financieros modernos, desde fondos indexados hasta pensiones autogestionadas. Una característica interesante es la visión colectiva del bienestar: muchas decisiones de ahorro están ligadas a la sostenibilidad o a proyectos con impacto social.
Además, el alto nivel de educación financiera y la transparencia del sistema bancario favorecen una toma de decisiones informada. El acceso universal a servicios digitales, incluso en zonas rurales, ha permitido una inclusión financiera efectiva.
💡😲 Con tan poco uso de efectivo, incluso los mendigos o músicos callejeros a veces aceptan pagos con Swish, una app de transferencias instantáneas usada por más del 80% de la población. ¡En Estocolmo, puedes donar con tu celular escaneando un QR!
América Latina: entre desafíos estructurales y soluciones creativas
América Latina es otro ejemplo en el que podemos ver cómo se gestionan las finanzas en otras culturas. En este caso la relación con el dinero está marcada por desafíos como la inflación, la informalidad laboral, la desconfianza en las instituciones y el acceso limitado a servicios financieros tradicionales.
Esto ha dado lugar a soluciones creativas. En países como México, Colombia o Argentina, las fintech están liderando la inclusión financiera mediante plataformas de pago, billeteras digitales y microinversiones. Por ejemplo, plataformas como Ualá, Nequi o Mercado Pago han permitido a millones de personas operar sin una cuenta bancaria tradicional.
En cuanto al ahorro, muchos hogares lo realizan de forma informal o en divisas extranjeras (como el dólar), especialmente en economías inestables. Aunque la cultura del ahorro formal está menos arraigada, hay un interés creciente por la educación financiera y las inversiones accesibles, especialmente entre los más jóvenes.

Lo que podemos aprender de las finanzas en otras culturas
Observar cómo se manejan las finanzas en otras culturas no es un ejercicio de comparación superficial, sino una oportunidad para reflexionar sobre nuestras propias decisiones. De Japón podemos aprender la disciplina; de Alemania, la planificación; de EE. UU., el enfoque en la inversión; de India, el uso de activos alternativos; de Suecia, la confianza en lo digital; y de América Latina, la resiliencia frente a entornos adversos.
No existe una fórmula única. Pero explorar otras formas de pensar y usar el dinero puede abrirnos nuevas perspectivas y ayudarnos a tomar decisiones más informadas, responsables y adaptadas a nuestra realidad.
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