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Darle vida a nuestro emprendimiento implica estar preparado “inmuno-financieramente” hablando para dar los primeros pasos. Aquí te regalamos algunas “vacunas” de gestión financiera muy efectivas para comenzar.
Dar el primer paso en un proyecto, cualquiera que este sea, es de las cosas más complicadas que puede existir. Incluso aquellos que mejor preparados están, temen mucho para romper el hielo, y otros puede que nunca reúnan la valentía suficiente para hacerlo. Lo cierto es que si queremos saber si algo funciona o no, necesariamente tenemos que iniciarlo, pues la práctica es realmente el criterio de la verdad.
Con aquellos que desean dar vida a un emprendimiento sucede exactamente igual. Ese primer paso en la cuesta arriba (porque sabemos que al inicio todo es cuesta arriba) es sumamente complicado. Esto se torna una preocupación aún mayor cuando caemos en la parte financiera del asunto, tema bastante delicado pero crucial para todo negocio. La mayoría de las personas suelen huirle a esta parte pero, aunque podamos darnos el lujo de contratar a un profesional para que atienda las finanzas, siempre es importante tener una idea de este rubro.
Por más temor que pueda inspirar comenzar un negocio, piensa que al mismo tiempo puede ser una emocionante aventura, con giros insospechados y sorpresas de toda índole. Así que si todavía estás dudando, aparta esas inseguridades de tu cabeza, prepárate bien y decídete por comenzar. Pero no te sientas solo, que aquí te traemos algunos consejos para la gestión financiera en los primeros años de un emprendimiento.
Tabla de contenidos
Consejos para la gestión financiera en los primeros años de un emprendimiento
Iniciar un emprendimiento es un salto importante en la vida de todo nuevo emprendedor. No solo implica pasión y dedicación, sino además una gestión financiera sólida. Los primeros años de cualquier negocio son cruciales, y una administración financiera eficiente puede marcar la diferencia entre el éxito y el descalabro. En tal sentido, hemos reunido una serie de recomendaciones que aplican muy bien como valiosos consejos para asegurar una gestión financiera saludable en los comienzos de tu emprendimiento.
Elabora un Plan de Negocios Integral
Antes de sumergirte en el mundo empresarial, es esencial contar con un plan de negocios bien elaborado. Este documento no solo te ayudará a definir tus objetivos y estrategias, sino que también servirá como guía para la gestión financiera. En él se incluyen proyecciones financieras realistas y detalladas que te permitirán anticipar posibles obstáculos y planificar recursos adecuadamente. Asimismo, este plan te ayudará a fijar metas a corto y mediano plazo sobre los ingresos que obtendrás con tu emprendimiento.
Asegúrate de conocer bien las aguas donde te mueves
Comenzar un emprendimiento no puede ser a la ligera. Necesitas estudiar bien el mercado en que te vas a sumergir y conocer todos aquellos factores que pueden impactar directa e indirectamente en tu negocio. Y esto no solo aplica al momento inicial, sino también durante el desarrollo del mismo. Por ello, debes mantenerte actualizado en todo momento y sobre todos los temas que se relacionen con tu negocio. Por ejemplo, sobre regulaciones y aspectos legislativos, cambios que tengan lugar en el sector financiero, tendencias del mercado, programas de apoyo o financiamiento que te puedan beneficiar, entre otros. De esta manera, con la necesaria actualización tendrás los recursos adecuados para prevenir o enfrentar cualquier desafío que se presente en la economía de tu mercado.
Controla todos los gastos
Cada gasto en el que deba incurrir tu emprendimiento debe estar cuidadosamente analizado y contemplado en tu plan de negocio; desde los costos operativos hasta los gastos discrecionales. Prioriza las inversiones que realmente impulsen el crecimiento de tu empresa y evita gastos innecesarios. Un riguroso control de los costos contribuirá a mantener la estabilidad financiera durante la fase inicial. Recuerda que en esta fase es donde estarás trabajando fuerte para poder recuperar la inversión inicial realizada. Si te descuidas, pones en riesgo este objetivo y la futura rentabilidad de tu negocio.
Habilita un fondo de emergencia
Nuestra bola mágica de adivinación, por más buena que sea, todavía no puede avisarnos con suficiente tiempo de antelación cuándo va a ocurrir una eventualidad. Por ello, es de vital importancia tener una especie de balsa salvavidas a la que recurrir ante cualquier imprevisto, pues estos son inevitables en el mundo empresarial. A esto nos referimos con fondo de emergencia, a un monto de dinero guardado destinado exclusivamente a cubrir gastos inesperados o no planificados, como reparaciones, reemplazo de equipo o incluso periodos de ventas más bajos de lo esperado. Este fondo proporcionará un colchón financiero y evitará que te veas obligado a recurrir a préstamos costosos, con sus correspondientes intereses.
Gestiona eficientemente el flujo de efectivo
Recordemos que el flujo de efectivo o flujo de caja es el registro de todas las entradas y salidas de efectivo que ha habido en el negocio durante un periodo determinado. Con esto se puede conocer la liquidez con que cuenta el negocio para poder operar, ya sea para poder aprovechar oportunidades como para enfrentar las contingencias. Por esto se considera que el flujo de efectivo es la columna vertebral de cualquier negocio. En tal sentido, es recomendable realizar un seguimiento constante de los ingresos y gastos para asegurarse de que siempre haya suficiente liquidez. Para mantener un flujo de efectivo saludable, negocia plazos de pago favorables con los proveedores y cobra a los clientes de manera oportuna. Esto será crucial para contar con la flexibilidad necesaria para enfrentar desafíos financieros.
Establece un ahorro mensual
De cada ingreso mensual debes hacerte el hábito de separar un porcentaje que lo dirijas exclusivamente al ahorro. Este ahorro será independiente del fondo de emergencia, pues ambos tendrán objetivos diferentes que deberás establecer adecuadamente. Por ejemplo, puedes decidir que el ahorro se dirija a la inversión en programas de tecnología para potenciar la eficiencia operativa de tu negocio. En cualquier caso, si durante el mes no fue necesario su uso, puedes considerar o bien que se acumule, o bien reinvertirlo en tu empresa para mantener en buen estado el flujo de efectivo.
Invierte en tecnología financiera
La tecnología llega para ayudarnos a optimizar la gestión de nuestro negocio, y el departamento financiero no queda exento de ello. En este caso, la tecnología financiera puede simplificar y optimizar la gestión financiera de tu emprendimiento. Herramientas como software de contabilidad, sistemas de pago en línea y aplicaciones de seguimiento de gastos pueden ahorrarte tiempo y reducir errores humanos. Estar al tanto de las últimas soluciones tecnológicas puede mejorar significativamente la eficiencia de tus operaciones financieras. Mantente actualizado en materia de desarrollo tecnológico financiero y saca provecho de aquello que mejor se adecúe a tu realidad.
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Negociar como palabra de orden
En el mundo de los negocios, la última palabra no está escrita, por eso la clave es aprender a negociar inteligentemente. Debes aprender a jugar apropiadamente con cada una de las caras de la moneda, o sea, con tus proveedores y con tus clientes. Establecer relaciones sólidas con ambas partes puede tener un impacto significativo en la salud financiera de tu negocio. Por ello, desde el punto de vista de tus proveedores, negocia términos de pago favorables y busca acuerdos que permitan pagos flexibles. Con respecto a tus clientes, establece políticas de pago claras y ofrece incentivos para el pago temprano. Una gestión efectiva de estas relaciones puede mejorar tu posición financiera general, y se reflejará directamente en la salud de tu flujo de efectivo.
Mucho cuidado con el endeudamiento
Un elemento importante que influye en el crecimiento y desarrollo de un negocio es el tema del financiamiento. Sin embargo, debes estar atento y tener mucho cuidado de no adquirir compromisos financieros que superen tus posibilidades reales de pago. Antes de solicitar cualquier préstamo o crédito, analiza y calcula tu capacidad de endeudamiento; y sobre todo jamás asumas créditos que superen tu patrimonio total. Al ser primerizo en tu emprendimiento, es probable que no domines estos términos, así que no escatimes en buscar asesoría de expertos financieros y capacitarte adecuadamente.
Reevalúa sistemáticamente y ajusta
A veces cuando creemos tener el timón de nuestro barco recto hacia nuestra meta, nos sorprendemos por pequeños desvíos que a la larga se vuelven enormes. Así mismo sucede con cualquier emprendimiento, pues la realidad puede distorsionar un poco el camino proyectado estratégicamente. En tal sentido, debes tener presente siempre que la gestión financiera no es estática, sino que debe evolucionar conjuntamente con tu negocio. Por ello, realiza evaluaciones regulares de tu estrategia financiera y ajusta según sea necesario. Mantente informado sobre cambios en el mercado, ajusta tus proyecciones en función de la realidad y asegúrate de que tu enfoque financiero esté alineado con los objetivos a largo plazo de tu emprendimiento.
Sin lugar a dudas, la gestión financiera en los primeros años de un emprendimiento es un desafío que requiere una cuidadosa atención. Con un enfoque financiero proactivo y estando atento siempre de la realidad de tu emprendimiento y los movimientos del mercado, estarás mejor preparado para superar obstáculos y construir un negocio sólido, rentable y sostenible. Recuerda que la paciencia y la persistencia son clave en el mundo empresarial, y una gestión financiera sólida te proporcionará la base necesaria para alcanzar el éxito a largo plazo.
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