Tiempo de lectura estimado: 8 minutos
Los empresarios se enfrentan al desafío de comprender y cumplir con las obligaciones fiscales de sus negocios. Para evitar errores y problemas fiscales, es crucial entender los impuestos aplicables, plazos de pago, y demás detalles. Aunque la responsabilidad fiscal es prioritaria, muchos dueños de negocios buscan estrategias legales para minimizar el pago de impuestos y optimizar su situación financiera dentro de los límites legales. En este contexto, la optimización fiscal se convierte en una herramienta esencial para asegurar el cumplimiento fiscal y maximizar el ahorro dentro de los parámetros legales establecidos.
Tabla de contenidos
¿Qué es la optimización fiscal?
El concepto de optimización hace referencia a la práctica de buscar la mejor manera de realizar una actividad. En este sentido, cuando nos referimos a optimización fiscal estamos hablando de la puesta en práctica de todas aquellas acciones que originan un ajuste preciso de nuestras obligaciones fiscales conforme exige la legalidad vigente. Desde el punto de vista de nuestra empresa estaríamos logrando prácticas tributarias coherentes que repercutirían en innegables beneficios para nuestro negocio.
Beneficios de la optimización fiscal
Optimizar nuestras obligaciones fiscales implica sin lugar a dudas un notable beneficio para nuestro negocio. En este sentido, hagamos referencia a aquellos que más destacan cuando existe una adecuada optimización fiscal.
Mayor seguridad jurídica
Cuando optimizas una tarea tienes la seguridad de que esta funciona de la mejor manera posible bajo los marcos establecidos. Lo mismo ocurre con las cuestiones fiscales. Cuando optimizas tus obligaciones fiscales significa que has logrado un ajuste detallado a la normativa fiscal vigente, y esto te da seguridad de estar cumpliendo lo establecido en materia fiscal. Así, eliminas cualquier posible consecuencia desagradable que se deriva siempre de un incumplimiento fiscal, proporcionándole mayor seguridad a tu negocio y minimizando riesgos.
Ahorro económico
Cuando optimizas tu carga impositiva como estrategia legal, se revierte en un ahorro económico para tu empresa. Lo que dejas de pagar en impuestos legalmente, puedes reinvertirlo en tu negocio, impactando ventajosamente en su crecimiento y desarrollo.
Desarrollo de una cultura de prevención
Más vale precaver que tener que lamentar, es un refrán que bien se aplica en este caso. La profilaxis reporta muchos más beneficios y es menos costosa que tener que solucionar una situación problemática relacionada con los impuestos. Por eso, al incorporar la prevención como parte de tu cultura organizacional estás logrando que la optimización fiscal fluya “sola” o de manera natural dentro de tu empresa.
Identificación de oportunidades
El hecho de estar evaluando y analizando detalladamente cada proceso y cada acción en materia fiscal dentro de la empresa, permite identificar todo tipo de oportunidades. En este sentido, detectar puntos en los cuales podemos ahorrar dinero legalmente en nuestros impuestos es sin dudas una gran ventaja.
Mayor evidencia
Tener optimizados todos los procesos fiscales implica una claridad en los deberes y obligaciones tributarias de nuestro negocio. En este sentido, permite que exista una evidencia clara de todas las acciones que en materia de impuestos realizamos en nuestra empresa.
Planificación fiscal
La capacidad de anticipar la realización de acciones tributarias en el mejor momento posible para ahorrar dinero, repercutirá positivamente en nuestras finanzas. De ahí que optimización fiscal y planificación fiscal vayan de la mano.
Optimización fiscal y planificación fiscal
La optimización de la fiscalidad de nuestra empresa implica que exista una adecuada planificación fiscal. Dicho proceso de planificación engloba el conjunto de estrategias y prácticas que se realizan para organizar y estructurar anticipadamente las actividades financieras y comerciales de la empresa. Con esto, se busca optimizar la carga tributaria (reduciendo lo que sea posible) dentro de la legalidad vigente y dar cumplimiento a las obligaciones fiscales de manera eficiente.
Una adecuada planificación fiscal exige del dueño de la empresa estudio y conocimiento a profundidad de las disposiciones legales en términos tributarios. Así podrá ser capaz de planificar los pasos fiscales de su empresa a corto, mediano y largo plazo, manteniendo una buena visión de negocio y en total correspondencia con la estrategia empresarial. De esta manera podrá lograr identificar y sacar provecho de las deducciones, incentivos fiscales y exenciones que sean aplicables a su empresa.
Optimización fiscal: claves para pagar menos impuestos legalmente
Como puedes apreciar, una buena preparación en estos temas puede ayudarte a lograr realizar una adecuada optimización fiscal en tu empresa que te premie con la posibilidad de pagar menos impuestos, dentro de la debida legalidad. Por eso, hemos hecho una pequeña recopilación de algunas claves en las que te puedes apoyar para lograr esa optimización fiscal y, por ende, ahorrar dinero en impuestos. Si bien estas claves suelen estar presentes en las regulaciones tributarias de muchos países, puede que en el tuyo se comporten de manera distinta. Por eso, infórmate bien cómo funciona esto en el país donde tengas tu empresa, y saca provecho de ello.
- Asegúrate de que tu empresa se encuentra bajo la forma jurídica que mejor se le ajusta. En dependencia de las características de tu negocio, esto puede significar un ahorro considerable en tu carga fiscal.
- Controla adecuadamente los ingresos y gastos de tu empresa. De ello depende los montos que deberás pagar como impuestos.
- Garantiza realizar una planificación fiscal adecuada a tu empresa. Muy obvio, ¿verdad? Si no crees poder realizarlo solo, no dudes en buscar asesoría jurídica.
- Sé constante en tus pagos y siempre hazlos puntualmente. En la mayoría de los casos podrás aprovechar los porcientos de descuento por pago temprano.
- Aprovecha al máximo las disímiles deducciones fiscales posibles de las que puedes extraer un ahorro importante de dinero. Recuerda que las deducciones son esos gastos en los que ha incurrido tu empresa y que se pueden descontar de tus impuestos, según lo establece la ley vigente. Entre las más generales están:
- Las inversiones y gastos que realiza tu empresa en términos de:
- Adquisición de nuevo equipamiento para el negocio, así como materias primas para la actividad comercial.
- Activos inmobiliarios.
- Software y equipos tecnológicos e informáticos.
- Alquiler de un local físico para la actividad del negocio. Se deducen gastos de alquiler, seguros del lugar y servicios (agua, electricidad, etc.).
- Arrendamientos de equipos que necesita la empresa para su actividad.
- Renovaciones, reparaciones, rehabilitación y mantenimiento del lugar del negocio.
- Creación de empleos y contratación de trabajadores. Se incluyen en las deducciones el salario de los empleados, seguros sociales y otros gastos laborales de los contratados.
- Gastos en los que incurren los vehículos que se empleen para actividad exclusiva del negocio, como el combustible.
- Gastos de desplazamiento o bonos de transporte público.
- Gastos de publicidad y marketing.
- Gastos de representación y viajes.
- Formación y suscripciones profesionales.
- Investigación y desarrollo (I+D).
- Innovación y modernización en materia de eficiencia, como la energética o hídrica.
- Seguros médicos y corporativos.
- Business Angel o inversión en empresas de nueva creación, como las nacientes startups.
- Fondos de inversión o ETFs, inversión en acciones, inversión en sociedades de capital de riesgo, etc. Por ejemplo: inversión en un fondo de inversión domiciliado en un país con tributación más baja.
- Creación de una sociedad offshore en un país con impuestos más bajos. A su vez puede ser utilizada para invertir en otro país.
- Inversión en un negocio en el extranjero y establecimiento de una estructura fiscal que permita tal acción dentro de las deducciones.
- Gastos en servicios de profesionales independientes, como asesoramientos legales, contables, abogados, entre otros servicios especializados.
- Servicios de la vivienda, si parte de esta se emplea a la actividad empresarial.
- Las amortizaciones de activos tangibles (ejemplo: equipamientos) e intangibles (ejemplo: patentes) adquiridos para el negocio permiten reducir el importe de los impuestos a pagar cada año.
- Las donaciones que tu empresa realiza de forma voluntaria para apoyar alguna causa. Como las que se realizan a ONG (Organización no Gubernamental) o a organizaciones benéficas y sin fines de lucro. Se precisa poseer la debida certificación que acredite la donación realizada por la empresa.
- Los fideicomisos y planes de pensiones.
- Las cuentas de ahorro para la empresa también pueden entrar en las deducciones que permitirán pagar menos en impuestos. Todo depende de las normativas fiscales de cada país.
- Tomar la responsabilidad de personas dependientes, hacia las cuales se destina un monto de dinero deducible de impuestos. Puedes ser niños menores de edad (ejemplo: gastos en guardería), ancianos, personas con discapacidad, etc.
- Los intereses de préstamos y comisiones bancarias que estén vinculados con el negocio.
- Las inversiones y gastos que realiza tu empresa en términos de:
- Conoce y aprovecha las exenciones fiscales que están presentes en las regulaciones tributarias vigentes en el país donde esté tu empresa, y a las que puede acogerse tu negocio. Recuerda que estos instrumentos fiscales tienen el objetivo de beneficiar al contribuyente y se basan en la equidad.
- Estudia los incentivos fiscales que están disponibles en las regulaciones tributarias del país en que se encuentra tu empresa para identificar por cuál de ellos puedes optar.
- Evalúa las características de tu empresa y valora si puede acogerse a alguno de los regímenes fiscales especiales existentes en las regulaciones fiscales del país donde estés. Estos regímenes especiales suelen establecer un pago fiscal simplificado. Se pueden aplicar en dependencia de muchos factores, como el estadio de formación en que esté la empresa, su tamaño, su monto de ingresos anuales, su potencial real de crecimiento, entre otros.
- Infórmate sobre la posibilidad de adquirir bienes y servicios con estímulos fiscales para que valores si puedes aprovecharlos en beneficio de tu empresa. Por ejemplo, la adquisición de combustible sustentable, o la contratación de personal especial, como adultos mayores o personas con discapacidad.
- Apóyate en la tecnología para mantener al día tus deberes fiscales y automatizar procesos.
- Busca asesoría profesional sobre estos temas para lograr una verdadera optimización fiscal de tu empresa.
Es importante que tengas en cuenta que, para poder aplicar a cualquiera de estas deducciones en favor de tu negocio, precisarás los comprobantes que confirmen la acción realizada. De lo contrario, no obtendrás los anhelados descuentos en tus impuestos por aquellas acciones que no se puedan demostrar.
Leave a Comment