Incluso con el avance de la tecnología y el gran desarrollo de las automatizaciones, el ser humano sigue y seguirá siendo una variable insustituible. Toda empresa, por muy grande o pequeña que sea, necesita personas suficientemente capacitadas para que la guíen hacia adelante. Estas personas suelen ser las que se encargan de la dirección de los distintos procesos de la empresa. Sin embargo, el hecho de dirigir algo no nos convierte directamente en un líder.
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¿Qué es un líder?
Un líder es una persona con la suficiente competencia para movilizar y guiar a otras personas hacia la consecución de determinados fines. Un líder tiene la capacidad de motivar, de inspirar, de generar confianza, de conducir personas sin necesidad de imponer. El líder entonces sería aquel que logra influir de manera efectiva en la conducta de sus trabajadores para alcanzar una meta.
Jefe y líder, ¿sinónimos?
Realizar una tarea porque te ha sido ordenada no es igual que realizarla porque te han contagiado la importancia de hacerla y te sientes inspirado para ello. En esa sutil particularidad, en ocasiones no tan sutil, radica la diferencia entre un jefe y un líder. En este sentido, el jefe se identifica más como aquella persona que dirige y da órdenes de manera vertical. Por otro lado, el líder es aquella persona que hace eso también pero involucrando a los trabajadores, motivándolos. De esta manera, logra movilizarlos y generar en ellos la disposición necesaria para realizar cualquier tarea.
Otro elemento importante que distinguen a jefe y a líder es el origen de su autoridad. En el caso del líder, su autoridad surge de manera espontánea, a veces sin proponérselo, a partir de su propia actuación en el grupo. En el caso del jefe, la autoridad le viene asignada por la institución, que es la que designa las funciones y atribuciones del cargo. Ocupar un cargo de jefe implica una jerarquía y, por ende, una relación de influencia. Por esto es que se dice que un líder puede ser un jefe, pero un jefe no siempre llega a ser un líder.
Habilidades o capacidades que debe desarrollar todo líder
Muchas investigaciones han hecho referencia acerca de la importancia de desarrollar determinadas habilidades para el ejercicio del liderazgo. A continuación ponemos a tu consideración algunas de ellas que han mostrado ser necesarias y útiles para un buen líder.
Capacidad de inspirar. Ser competente, ser un ejemplo, un referente
Un buen líder debe ser capaz de inspirar a sus trabajadores y movilizarlos desde su actitud y proyección, no solo desde las órdenes. Asimismo, el líder debe estimular el buen trabajo en sus compañeros o trabajadores y, para ello, debe dar el ejemplo. No se puede pretender lograr en otros lo que uno mismo no pone en práctica. En este sentido, un líder debe ser competente en lo que hace, o por lo menos esforzarse al máximo para lograr buenos resultados. Así, sus trabajadores podrán tomarlo como un modelo o referente del trabajo que de ellos se espera y actuar en consecuencia.
Tomar decisiones, asumir responsabilidades y actuar con honestidad
Los líderes deben ser capaces de tomar decisiones, incluso en medio de la incertidumbre; el éxito de una empresa o negocio depende mucho de eso. No significa que todas las decisiones que tomen serán las correctas, el ser humano no es perfecto y también se equivoca. En ese caso, tanto como en la toma de decisiones acertadas, el líder debe asumir la responsabilidad que le corresponde por sus actos. La honestidad de reconocer los errores y asumir las consecuencias responsablemente es una característica admirada y que inspira a las personas a su alrededor. Igualmente, el líder puede hacer partícipe a sus trabajadores en el proceso de toma de decisiones, así los involucra e incide en la aceptación de las mismas. Los trabajadores podrás sentirse protagonistas también del rumbo que toma la empresa y generar sentido de pertenencia y motivación hacia la misma.
Generar confianza
Un líder que inspire confianza será capaz de movilizar a todos sus trabajadores sin mucha dificultad. Para ello, es necesario ser congruente con lo que se dice y hace, cumplir promesas que se realizan y ser siempre honesto con sus trabajadores. De esta manera, ellos lo seguirán en cualquier empeño convencidos y confiados de que, aunque surja un problema, su líder estará presente para enfrentarlo juntos.
Preocuparse y ocuparse de sus trabajadores. Poner en práctica la empatía
El líder debe implementar acciones respecto a sus trabajadores. Involucrarlos en el avance y toma de decisiones de la empresa los estimula a sentirse no solo parte sino también protagonistas del devenir de la empresa. Así, se incentiva la motivación por el trabajo y se va desarrollando un trabajador más comprometido y con mayor sentido de pertenencia.
Preocuparse por las necesidades de los trabajadores es de vital importancia. Tener la capacidad de visualizarse en el lugar de ellos, en otros palabras, de ser empático, le permitirá entender mejor esas necesidades y desarrollar acciones en correspondencia. Estimular la formación de los trabajadores es siempre un elemento a tener en cuenta ya que repercute decisivamente en su desempeño. No solo gana el trabajador con su auto-superación, sino también la empresa al contar con un profesional más calificado. Igualmente, la celebración de los triunfos y el reconocimiento por el trabajo bien hecho es un elemento sumamente motivador y necesario para los trabajadores; un buen líder debe potenciar siempre esta práctica.
Valentía y capacidad resolutiva. Estimular un buen clima laboral
El líder debe mostrar coraje ante las distintas situaciones, y asumirlas siempre que lleguen, así sean positivas o negativas. En ocasiones los problemas y conflictos hallan un ambiente propicio para proliferar. El buen líder deberá ser capaz de resolverlos o contribuir a su solución, al tiempo que incentivará un espíritu de trabajo en equipo para reconciliar desacuerdos y desafectos. Así, contribuirá de manera decisiva a la generación y mantenimiento de un buen clima laboral; tan necesario para la realización de un trabajo óptimo.
Perseverancia y resistencia para el logro de objetivos
Un líder debe transmitir un modelo en el cual la perseverancia para lograr la meta propuesta y la resistencia ante las adversidades sean una guía. A pesar de las dificultades que pueda deparar el trayecto, el esfuerzo por la consecución de los objetivos debe mantenerse.
Asertividad y buena comunicación
La asertividad hace referencia a la capacidad de poner en práctica una conducta adecuada en función de la situación que se presenta. En otras palabras, sería cuán bien ajustamos o regulamos nuestra conducta para hacer valer nuestros derechos sin violentar los de los otros en cada situación. En este sentido, el líder debe proyectarse de manera asertiva y estimular un comportamiento similar en sus trabajadores. Asimismo, debe garantizar una comunicación abierta, honesta y respetuosa, que contribuya positivamente al trabajo y a la generación de relaciones adecuadas.
Flexibilidad y adaptabilidad
Las situaciones son en extremo cambiantes por lo que un líder debe tener la flexibilidad suficiente para cambiar y adaptarse a las nuevas condiciones. Así, podrá contagiar a sus trabajadores de la flexibilidad necesaria en cada situación que así lo demande.
Promover la creatividad propia y de su colectivo. Estimular el trabajo en equipo
Cada trabajador, incluso el propio líder, tiene potencialidades susceptibles de ser aprovechadas. Fomentar la creatividad, tanto propia como del colectivo, contribuirá a despertar o desarrollar aquellas habilidades o destrezas que pueden ser útiles para la empresa. El trabajo en equipo también contribuye a ello. Ayuda a generar un ambiente de trabajo agradable y colaborativo, donde la creatividad pueda alcanzar mayores niveles a partir del reforzamiento y la potenciación mutua.
Capacidad para organizar y delegar
La organización del trabajo y las tareas garantiza su óptima realización. La capacidad de estructurar y ordenar bien lo que debe ser realizado es vital para que todo fluya sin problemas. Esto será de gran ayuda para estimular la proactividad y facilitará la identificación de tareas que puedan ser delegadas. Ser capaz y estar dispuesto a delegar funciones, así como aceptar ayuda externa, es una característica muy útil de los líderes digna de admirar y respetar.
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