Negociación de beneficios laborales: lo que debes saber y pedir

Negociación de beneficios laborales: lo que debes saber y pedir

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La vida es un proceso de negociación de beneficios. Un acto donde entramos con un objetivo, pero con muchos finales posibles. Prepararse bien es clave para contar con mayor seguridad para afrontar la negociación.

Las vueltas de la vida nos sorprenden a veces poniéndonos en ciertos lugares o situaciones en los que no teníamos pensado estar. Cuando la situación es positiva, pues la disfrutamos. Pero cuando esta no se ajusta muy bien a nuestras expectativas o necesidades, aparece una problemática. Es entonces cuando debemos enfrentar la situación para intentar moverla hasta un punto donde, al menos, nos sea admisible.

En algunos escenarios como estos, generar el cambio que necesitamos no depende exclusivamente de nosotros, sino que involucra a otras personas. Cuando esto sucede es preciso entrar en un proceso en el cual ambas partes lleguen a un acuerdo mutuamente beneficioso. Esto es lo que se conoce como negociación. Sí, todos hemos negociado algo alguna vez en nuestra vida, aunque no hayamos reparado en la denominación de este acto.

¿Qué es una negociación?

Una negociación es un proceso en el cual dos o más partes interdependientes buscan alcanzar un acuerdo mutuamente aceptable. Por lo general, se entra en un proceso de negociación para resolver un conflicto, satisfacer intereses compartidos o individuales, o lograr algún objetivo conjunto. A menudo esto implica hacer concesiones y llegar a un punto medio. Como encontrarse a mitad de un camino donde los perjuicios son mínimos; sí, porque a veces una negociación tiene el objetivo de lograr encontrar un estado donde el daño (necesario) sea el mínimo.

Los contextos en los que puede tener lugar una negociación son muy diversos, abarcando tanto el ámbito personal como profesional. Por ejemplo, entre las más salientes están las negociaciones entre empresas para cerrar acuerdos comerciales; la negociación entre empleadores y empleados para establecer condiciones laborales; las negociaciones entre gobiernos para resolver conflictos internacionales; entre otras. Incluso, aunque no lo parezca, en situaciones cotidianas llevamos a cabo negociaciones. Cuando vamos al mercado a comprar algo y negociamos un mejor precio, o cuando llegamos a un acuerdo con familiares sobre las tareas que realizará cada cual. En esencia, nuestra vida está llena de procesos de negociaciones y, por lo general, estos suelen generar beneficios para las partes.

Negociación de beneficios laborales: lo que debes saber y pedir

Una negociación no es un proceso trivial, sobre todo cuando el fin último tiene una alta valía para las partes. Las negociaciones suelen implicar una serie de pasos. De manera general, los podemos agrupar en etapas (todas de notable importancia) como las siguientes:

  1. Preparación
  2. Intercambio de propuestas
  3. Discusión de intereses y preocupaciones
  4. Generación de opciones de resolución de conflicto
  5. Arribo a un acuerdo mutuo

Entrando en una negociación de beneficios laborales: qué debes saber

La negociación de beneficios laborales generalmente busca maximizar el valor para todas las partes involucradas. A su vez, busca crear relaciones duraderas basadas en la colaboración y el beneficio mutuo. Durante este proceso, las partes involucradas suelen identificar y discutir sus necesidades, intereses y objetivos para encontrar un equilibrio mutuamente beneficioso. También, debaten y acuerdan los beneficios que cada una recibirá como resultado de una colaboración, acuerdo o transacción. Dichos beneficios pueden ser financieros, materiales, intangibles o una combinación de estos. Igualmente, es de esperar que en estos procesos ocurran concesiones de cada parte.

Negociación de beneficios laborales: lo que debes saber y pedir

Para aumentar las posibilidades de lograr un acuerdo exitoso es importante la primera etapa de todo proceso de negociación. Una preparación adecuada requiere saber y tener en cuenta varios aspectos importantes. Entre ellos están:

Objetivos claros

Es preciso tener claridad respecto a los objetivos y lo que se quiere lograr con la negociación. Se debe tener presente cuáles son tus prioridades y qué beneficios son imprescindibles.

Investigación previa y conocimiento del contexto

Es necesario conocer bien a fondo la situación, las necesidades y los intereses de todas las partes involucradas. Cuanta más información se tenga, mejor se podrá anticipar posibles argumentos y encontrar soluciones creativas. Asimismo, hay que considerar el contexto más amplio en el que se desarrolla la negociación. Aquí se incluyen factores externos que puedan influir en la negociación y los acuerdos finales, como la situación del mercado, regulaciones legales, tendencias, etc.

Valoración de los beneficios

Se debe evaluar cuidadosamente el valor de los beneficios que se están buscando y compararlos con lo que se está dispuesto a ceder en la negociación. Hay que tener en cuenta no solo los aspectos financieros, sino también los beneficios intangibles y a largo plazo.

Preparación de argumentos, alternativas y opciones

Los argumentos sobre los cuales se sostiene una propuesta son la base para dirigir la brújula hacia el lado deseado. Estos deben ser convincentes, plausibles e irrefutables, para que exista menor probabilidad de rechazo. Sin embargo, a veces hay contrargumentos mucho más contundentes que pueden hacer tambalear una propuesta. Por ello, es preciso siempre tener un plan B, o lo que es lo mismo, un plan de respaldo. Para ello se deben considerar las alternativas en caso de que la negociación no resulte como se espera. Esto disminuirá la probabilidad de encontrarse con sorpresas inesperadas y brindará  mayor confianza durante la negociación.

Comunicación efectiva

No caben dudas de la importancia de una adecuada comunicación durante un proceso de negociación de beneficios. Por experiencia, bien sabemos que incluso teniendo la razón en un asunto, si lo abordamos con una comunicación y actitud inapropiadas, perdemos toda posibilidad de ganar; incluso, ahí mismo se pierde la oportunidad de negociación. Por ello, hay que prepararse también para comunicarse de manera clara, respetuosa y persuasiva. Ser capaz de articular necesidades y puntos de vista de manera convincente, es un arte. Por ello, se recomienda siempre practicar antes de entrar en la negociación. Asimismo, se deben poner en acción la escucha activa, para poder entender las perspectivas de las otras partes.

Construcción de relaciones

No puede concebirse una negociación de beneficios como un campo de guerra, sino una oportunidad de establecer lazos entre las partes. Por ello, es preciso intentar establecer una relación positiva y de confianza con las otras partes desde el principio. Las negociaciones suelen ser más exitosas cuando hay un ambiente de colaboración y respeto mutuo. Además, este será solo el comienzo de una relación mutua que asegurará, en lo adelante, el mantenimiento de beneficios para las partes. Por esto, lo más sensato es abordarlo con la mentalidad de crear relaciones, y no de romperlas definitivamente.

Flexibilidad y adaptabilidad

Ya sabemos que debemos ir a una negociación contemplando la posibilidad de recurrir a un plan B. Pero incluso, en medio del proceso, pueden surgir variantes a cualquier plan que hayamos concebido previamente. En este sentido, se debe estar preparado para ajustar las estrategias y tácticas durante la negociación según evolucione la situación. Por ello, debemos ser flexibles y saber adaptarnos.

Límites y condiciones

Como mismo te preparas para lograr lo que te propones, en una negociación también debemos tener claro lo que no estamos dispuestos a admitir. Es preciso establece límites y condiciones antes de la negociación y mantenerse firme en ellos si es necesario. Sin embargo, hay que tener la debida conciencia de cuándo es apropiado ser flexible y hacer concesiones.

Preparación emocional

Sí, las emociones pueden jugarnos una muy mala pasada en momentos tan estresantes como las negociaciones, de ahí que suelan ser procesos emocionalmente desafiantes. En tal sentido, hay que prepararse mentalmente para manejar la presión y las posibles tensiones que puedan surgir durante el proceso.

Entrando en una negociación de beneficios laborales: qué debes pedir

En una negociación, entramos con la idea de solicitar los beneficios que consideramos necesarios. Sin embargo, a veces no tenemos claridad de lo que podemos pedir, aunque estemos convencidos de que las condiciones actuales no son buenas para nosotros. Hay que tener presente que lo que se pida, dependerá de los objetivos específicos y de la naturaleza de la situación. En tal sentido, a modo de ejemplo, listamos algunas de las solicitudes más habituales en negociaciones de beneficios laborales. Aunque se ajustan muy bien a contextos laborales, son perfectamente adaptables a otros ámbitos.

  • Compensación financiera: Solicitar aumentos salariales, bonificaciones, incentivos económicos u otros beneficios financieros directos.
  • Beneficios adicionales: Incluir beneficios de salud, seguro de vida, planes de retiro, tiempo libre remunerado, opciones de trabajo flexible, subsidios para educación o capacitación, entre otros.
  • Desarrollo profesional: Pedir oportunidades para capacitación especializada, asignaciones de proyectos desafiantes o asistencia a conferencias relevantes.
  • Crecimiento de posición: Buscar oportunidades de promoción, aumentos de responsabilidad o cambios en el título o posición.
  • Condiciones: Mejorar aspectos como horarios flexibles, días de trabajo remoto, un ambiente laboral saludable o instalaciones mejoradas.
  • Equilibrio entre trabajo y vida personal: Solicitar políticas que promuevan un equilibrio saludable, como límites de horas de trabajo, días de descanso adicionales o licencia parental mejorada.
  • Reconocimiento y apreciación: Pedir reconocimiento por acciones, trabajo o contribuciones, a través de premios, elogios públicos u oportunidades para liderar proyectos.
  • Beneficios sociales: Solicitar actividades en equipo, eventos sociales o programas de bienestar para promover el esparcimiento y el intercambio social.
  • Flexibilidad en beneficios: Pedir la opción de personalizar beneficios según necesidades individuales, como elegir entre diferentes planes de seguro de salud o asignar fondos a áreas específicas.
  • Modificación o adición de cláusulas en el contrato: Solicitar cláusulas específicas que protejan intereses y brinden seguridad adicional.

Concluyendo

Como podemos ver, una negociación de beneficios laborales es un proceso que requiere una adecuada preparación y conocimiento de la situación. Asimismo, implica una actitud adecuada que garantice llegar a acuerdos y satisfacer intereses de todas las partes. La comunicación efectiva, la capacidad de escuchar activamente y la búsqueda de soluciones creativas suelen ser habilidades vitales en estos procesos. Recuerda que la clave para una negociación de beneficios exitosa es ser claro con las necesidades y estar dispuesto a comprometerte si es necesario. Además, es importante considerar que lo que se quiere lograr sea realista y alcanzable dentro del contexto de la negociación.