Ganancias. ¿Quién podría decir que con la pandemia se obtendrían ciertas “ganancias”? Pero sí, la otra cara de la moneda nos muestra que existen oportunidades incluso ahí donde todo parece perdido. La pandemia derivada de la Covid-19 ha obligado al mundo a adoptar nuevos estilos de vida para disminuir el contagio y tratar de frenarla. El confinamiento, la disminución del contacto entre personas así como la recomendación de evitar las aglomeraciones, han obligado a las personas a buscar alternativas. Así, la tecnología se ha posicionado a la vanguardia permitiendo acceder a aquello que se torna complicado en las nuevas condiciones. Esto es lo sucedido con los pagos electrónicos.
Pagos electrónicos en el 2020
El comercio online y los pagos electrónicos se han visto beneficiados a raíz de la pandemia. Muchos nuevos usuarios se han sumado y otros ya familiarizados han aumentado su actividad comercial online. En el año 2020 se contabilizaron más de 700 mil millones de transacciones digitales; lo cual significó el crecimiento más elevado de los últimos 10 años, según el Reporte Mundial de Pagos 2020 de la consultora Capgemini. En este sentido, la zona de Asia-Pacífico se posicionó como líder en transacciones sin uso de efectivo (electrónicas), superando así a otras como Europa y América del Norte.
Latinoamérica se ubica como la segunda región a nivel mundial con mayor potencial de crecimiento respecto a los pagos digitales, solamente superada por la región de Asia-Pacífico. Según un reportes del Congreso Latinoamericano de Innovación, Banca Digital y Tecnología (CLIBT), las ventas en retail (al por menor) en el comercio electrónico en Latinoamérica llegaron a tasas de más del 200% tan solo en los primeros meses de la pandemia (por ejemplo, el mes de abril). Las cifras se dispararon en comparación con las que venían desarrollándose; teniendo en cuenta que en el último quinquenio solo se habían alcanzado tasas próximas al 20%. Asimismo, la cantidad de búsquedas realizadas por usuario vivenció un incremento de un 39% y el tiempo de navegación un 17%. Estos datos dan cuenta de un creciente movimiento de los usuarios hacia la alternativa online debido a la pandemia.
Por otra parte, España se ubica entre los países líderes en el empleo del comercio electrónico en 2020; con un crecimiento superior al 20%, según el informe de Global E-commerce 2020 de eMarketer. A su vez, se posiciona entre los primeros de su continente, de acuerdo con un reporte de Google España. Por otro lado, los gastos en comercio electrónico se han incrementado un 40% en detrimento de los comercios físicos, según un informe de Adyen del Retail 2020.
Esta tendencia sostenida del uso de los medios digitales para el comercio tiene sus condicionantes objetivos. Por un lado, el incremento del uso de los smartphones, las billeteras digitales, la banca electrónica, las transferencias directas, los pagos con tarjeta sin contacto, lo pagos con código QR, la adopción de criptomonedas, etc., y por otro, las condiciones impuestas por la pandemia, que han obligado a los usuarios a recurrir a estas plataformas por necesidad. A esto se le suma que muchos países han implementado regulaciones y estímulos fiscales para potenciar el uso de los pagos electrónicos.
Perspectivas para el futuro
El panorama hacia el futuro cercano parece prometedor a favor del aumento del comercio electrónico y los pagos digitales. Según el mencionado reporte de la consultora Capgemini, se especula que la tasa de crecimiento anual de pagos electrónicos globales será de 12% hasta el año 2023. En el caso de Latinoamérica se prevé que sea del 6%. Esto implica que la tendencia del uso de las plataformas digitales como métodos de pago no parece frenar luego de la pandemia. Sin bien, la llegada de la Covid-19 resultó ser un catalizador para la actividad comercial de manera electrónica; la nueva normalidad parece incluir en sí esta modalidad de comercio y con bastante auge.
Los retos entonces para el futuro inmediato se desplazan hacia otras cuestiones íntimamente relacionadas con esta modalidad. A continuación mostramos una síntesis de los más demandados, que no significa que sean los únicos.
- Garantía de seguridad en las transacciones y los depósitos. Este fue y sigue siendo uno de los elementos que retarda la adopción de esta modalidad por muchos usuarios, debido al temor de perder el dinero. Generar la confianza necesaria a partir de una seguridad probada estimulará el incremento del número de usuarios y la actividad de los mismos.
- Velocidad y facilidad en los procesos. Ya sea para navegar por los mercados digitales, pagar por productos o autenticarse en las plataformas, el cliente está demandando eficiencia. Por esto, la optimización de los servicios debe ser una prioridad.
- Flexibilidad en los pagos. A pesar de ser una alternativa relativamente novedosa, cada vez más el usuario demanda alguna flexibilidad a la hora de pagar. Ya se la posibilidad del pago por plazos sin cobro de intereses u otra de las diversas opciones de conveniencia; todas serán un incentivo que parece atraer cada vez a más a los usuarios.
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