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De seguro en algún momento debes haber escuchado hablar sobre tarjetas virtuales, y no, no se refieren a postales de felicitación virtuales. Más bien es un término que está ganando bastante auge y que está referido a un producto financiero. Ahora puede que te estés creando una idea sobre estas tarjetas, pero antes de crear una idea errónea o caer en cualquier malentendido, mejor adentrémonos un poco más en este mundo. Exploremos qué son las tarjetas virtuales y dónde y cómo conseguirlas de manera segura.
Tabla de contenidos
¿Qué es una tarjeta virtual?
Las tarjetas virtuales son una innovadora forma de pago diseñada exclusivamente para transacciones en línea. Emitidas por entidades bancarias, incluyendo neobancos, estas tarjetas carecen de forma física y tienen su propio número, fecha de caducidad y código de verificación (CVV). Se almacenan de manera segura en dispositivos móviles y se pueden visualizar a través de aplicaciones bancarias o sitios web.
Lo que hace que las tarjetas virtuales destaquen es su flexibilidad. Los usuarios pueden cargar fondos en ellas y utilizarlas repetidamente durante su período de vigencia. Algunas instituciones permiten a los usuarios tener múltiples tarjetas virtuales, cada una destinada a diferentes necesidades y presupuestos.
Estas tarjetas son ideales para compras en línea, pagos por servicios virtuales, como la adquisición de boletos de avión, entradas de cine, reservas de hoteles y billetes de tren, además de facilitar los pagos sin contacto en tiendas físicas, contribuyendo a la tendencia hacia un mundo «cashless».
Es importante mencionar que, a diferencia de las tarjetas tradicionales, las tarjetas virtuales no pueden utilizarse para retirar efectivo de cajeros automáticos. Sin embargo, algunos bancos permiten la extracción de efectivo a través de las aplicaciones móviles, lo que agrega un nivel adicional de comodidad.
Es esencial destacar la distinción entre las tarjetas virtuales y otros tipos de tarjetas financieras, como las tarjetas prepago, que a menudo se encuentran en formato físico. Además, no deben confundirse con las tarjetas digitales, que son copias digitales de tarjetas físicas.
Las tarjetas virtuales son una solución moderna y versátil para realizar transacciones online y se consideran parte de la familia de soluciones financieras que incluye tarjetas prepago, tarjetas digitales y monederos electrónicos. Con su capacidad de adaptarse a diversas necesidades y la creciente tendencia hacia las compras en línea, las tarjetas virtuales continúan ganando popularidad en el mundo de las finanzas digitales.
Tipos de tarjetas virtuales
En la actualidad se pueden reconocer dos tipos de tarjetas virtuales.
- Tarjeta virtual prepago. Es el tipo de tarjeta virtual más común dado por la frecuencia con que la ofrecen las distintas entidades. Como su nombre lo indica, funcionan bajo el modelo de prepago o recarga. En otras palabras, necesitan que el usuario deposite o traspase dinero a ellas según la cantidad que va a utilizar. O sea, deben cargarse de dinero para poder usarse, de ahí que sean recargables.
- Tarjeta virtual de débito y crédito. Este tipo de tarjeta virtual se caracteriza por venir con un saldo previo y un plazo determinado para poder usarla en algún pago. Funcionan de manera similar a como lo hacen las tarjetas de débito y crédito tradicionales, pero en el ámbito digital. En el caso de las tarjetas virtuales de débito, el saldo lo toman de la cuenta del usuario. Las tarjetas virtuales de débito y crédito no están disponibles en todos los países.
Ventajas de las tarjetas virtuales
Las tarjetas virtuales están despertando un notable interés entre los diferentes usuarios en la actualidad. Sobre todo para aquellos nativos digitales que prefieren la inmersión en el mundo online, este tipo de tarjetas resulta muy atractivo. Algunas de las ventajas más notorias que pueden destacarse de las tarjetas virtuales son:
Mayor seguridad
Las tarjetas virtuales cumplen con todos los protocolos de seguridad comunes para este tipo de producto financiero. Por si fuera poco, no contienen datos bancarios del usuario, por lo que en caso de intento de robo, se limitan las posibilidades del ladrón de ir más allá. Asimismo, como estas tarjetas son frecuentemente cargadas con un saldo determinado, no se verán comprometidos los fondos bancarios del usuario. En cualquier caso, este tipo de tarjeta reduce las posibilidades de ser víctima de fraude, robo de datos y exposición de información personal. Y el hecho de no tener una copia física le añade un plus de seguridad, ya que no se corre el riesgo de perderla o extraviarla.
Mayor control
Como la tarjeta virtual se almacena en tu propio móvil, la controlas totalmente a través de la web o la app de la entidad bancaria. En tal sentido, tienes la libertad de bloquearla y desbloquearla cuando lo precises. A la hora de pagar siempre deberás acudir a la aplicación, desde donde podrás apagar o encender este medio de pago para incrementar la seguridad.
Protección de los pagos
Al no existir el formato físico queda fuera toda desventaja de las tarjetas con este formato, como la posibilidad de su robo y el gasto de sus fondos indiscriminadamente. Asimismo, evita la posibilidad del registro de nuestros datos al pagar en algún comercio. Igualmente, los pagos por Internet siguen siendo más seguros ya que puedes ajustar la cantidad de dinero que vayas gastar en función de lo que desees comprar, con lo cual cualquier vulneración de tu tarjea solo se restringirá al salgo que posee en ese momento, sin comprometer los fondos de tu cuenta.
Posibilidad de pago sin contacto (cashless)
Con este tipo de tarjeta, puedes ahorrarte el tener que llevar tu billetera física a todos lados. Tu móvil te será más que suficiente para realizar pagos online y pagos sin contacto en las tiendas físicas (eso sí, tienes que prever que te aceptarán ese tipo de pago en las tiendas físicas, que eso ya no tiene que ver con la tarjeta en sí).
Mínima vinculación con las entidades bancarias
Para aquellos que no gustan de la bancarización, esta es una opción viable para sus compras online. Si bien hay algunas entidades que precisan la apertura de una cuenta bancaria para contratar este servicio, la relación con ellas y los datos a brindar serán mínimos. No obstante, en varios casos no es imprescindible ser cliente de la entidad bancaria para hacerse una tarjeta virtual. Tendrás la posibilidad de conseguir la tarjeta virtual y cancelarla si lo deseas de una forma simple y sin grandes repercusiones.
Obtención rápida y sencilla
Las tarjetas virtuales se obtienen de manera muy rápida y sencilla. Basta con realizar el proceso de solitud y llenado de datos, luego su pago y listo. Incluso, si después de usarla quisieras darle de baja es muy sencillo, ya que desde la aplicación en tu móvil resuelves ese asunto, sin que queden remanentes físicos.
Amplia accesibilidad
Muchas personas se limitan de sacar una tarjeta por lo engorroso que resulta el proceso. Con las tarjetas virtuales todo esto se facilita ya que, como vimos, para su obtención no hacen falta muchas condiciones ni se requiere de ingresos mantenidos. Esta simplicidad extiende la accesibilidad de este tipo de tecnología financiera a un mayor público, comenzando por los que prefieren la vida desde lo digital, y siguiendo por todos aquellos que gustan de las cosas sencillas y prácticas.
Sin comisiones
Por lo general, con el uso de estas tarjetas no se pagan comisiones. No obstante, asegúrate de estar claro de cómo funciona esto en la entidad bancaria donde pretendes solicitarla, ya que cada una tiene sus propias políticas.
Respecto a las comisiones de las tarjetas virtuales
Las tarjetas virtuales suelen no exigir el pago de comisiones, pero puede ocurrir que alguna tenga asociada algún tipo de comisión; eso está en dependencia de las políticas de la entidad bancaria que la emite. Por ejemplo, pueden cobrar comisiones por su emisión, su mantenimiento, su recarga, o cualquier otro tipo de operación. No obstante, por lo general, no suelen tener comisiones pues como todo es digital no hay gastos en términos de recursos. No obstante, no te sorprendas si alguna entidad las impone, eso es decisión propia.
¿Dónde y cómo conseguir una tarjeta virtual de manera segura?
Las tarjetas virtuales se pueden conseguir en cualquier entidad bancaria o compañía fintech que brinde ese servicio; puedes solicitarla desde la web o app de tu entidad bancaria de preferencia, o acercarte a una oficina si prefieres, para de paso informarte más sobre ellas. Incluso, en algunas entidades puedes realizarte una tarjeta virtual desde cualquier país donde te encuentres. Por lo general el procedimiento suele ser el mismo: haces la solicitud de la tarjeta virtual, brindas lo datos que te solicitan (no suelen ser muchos), realizas su pago y una vez se reciba la confirmación del pago obtendrás el número de tu tarjeta, su fecha de vencimiento y el CVV.
No obstante, si deseas solicitar una tarjeta virtual, te recomendamos tener en cuenta algunas cuestiones antes de proceder:
- Revisa si la entidad bancaria en la que te pretendes hacer la tarjeta virtual cobra comisiones por ello, ya que la gran mayoría de estas tarjetas son gratis.
- Verifica los límites asociados a esa tarjeta. Por ejemplo, cuánto es el límite máximo de gasto que puedes hacer con ella, no vaya a ser que no te alcance para lo que deseas pagar.
- Chequea si esta tarjeta te permite vinculaciones con aplicaciones, dispositivos y páginas webs.
En definitiva, son una muy buena opción como método de pago en la actualidad. Si has estado pensando en hacerte una, esperamos que este post te haya ayudado a aclarar tus principales dudas al respecto.
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