Probablemente hayas escuchado hablar del 3D Secure alguna vez. Incluso puede que, a la hora de hacer pagos online, la plataforma te haya indicado sobre ello. No obstante, probablemente no sepas a qué hace referencia, de qué se trata y cómo funciona. Desde TropiPay velamos por la seguridad de tus pagos y tu educación finaciera; por ello, en este post te aclaramos algunas dudas sobre la tecnología 3D Secure.
¿Qué es el 3D Secure?
Enmarcado en la normativa europea PSD2, el 3D Secure es un protocolo de seguridad que protege a los compradores en Internet. Su nombre completo es 3 Domain Secure y su principal objetivo es prevenir el fraude en las transacciones online hechas mediante tarjetas de crédito o débito. También conocido como Payer Authentication -autenticación del pagador-, no solo protege a los compradores en Internet; sino, además, a los propietarios de negocios online. Con este protocolo prevenir el fraude de un ecommerce deja de ser una responsabilidad propia, y pasa a manos del proveedor de pagos.
¿Cómo funciona?
Actualmente, 3D Secure es el método más actualizado para la prevención del fraude en pagos online. Su nombre se origina porque sus operaciones se basan en el intercambio de datos entre tres dominios:
- El comprador
- La tienda que vende el producto
- El emisor de la tarjeta
Básicamente, lo que hace el 3D Secure es añadir otra capa extra de seguridad al solicitar al comprador información que obtiene mediante su teléfono móvil, datos biométricos o una app de finanzas. En otras palabras, la información solicitada es aquella que solo el auténtico titular de la tarjeta sabe. Además, el protocolo trabaja analizando una gran cantidad de datos -como información del dispositivo, patrones de compra del dueño, localización, etc.- que se intercambian entre los tres dominios. De esta forma verifica la identidad del comprador y los pagos serán seguros.
Este proceso de verificación transcurre así:
- El comprador introduce sus datos en la pasarela de pago, y esta comprueba que la tarjeta introducida se encuentre registrada en el servidor del directorio.
- El procesador de pagos redirige el pago a la entidad emisora del mismo.
- Se activa el protocolo 3D Secure, y este solicita al cliente una contraseña, ya sea temporal o no.
- El banco emisor aprueba la transacción, y esta se redirige al procesador de pago.
- El procesador de pagos redirige la transacción al banco receptor del abono.
Ventajas del 3D Secure para el e-commerce
Obviamente, la principal ventaja de este protocolo es la protección de tus pagos y finanzas online ante el fraude. No obstante, existen otras que también debes tener en cuenta:
- Minimiza el riesgo de ser víctima de fraude: la verificación de identidad de los compradores posibilita que otros no puedan usar tarjetas ajenas en el pago, ya que no podrán verificar la información solicitada.
- Provee seguridad a los compradores: aporta una capa extra de seguridad que protege los datos de tu tarjeta bancaria.
- Mejora la experiencia de usuario: la seguridad es una de las preocupaciones constante en cuanto a las finanzas personales. A todos nos gusta saber que nuestro dinero está a salvo. Por lo cual, aquellos negocios que utilicen el 3D Secure estarán fomentando una alianza con sus clientes basada en la protección de pagos y en la confianza.
- Potencia el comercio internacional: esta capa extra de seguridad, también funciona a nivel internacional, lo cual facilita las transacciones entre distintos países.
- Es libre de costo: no existen costes añadidos a este proceso.
También existen algunas desventajas, nada es perfecto. Por ejemplo, no todos los proveedores de tarjetas de crédito o débito ofrecen este protocolo de seguridad. Además, algunas personas pueden abandonar las compras una vez le pidan la verificación de identidad. No obstante, los beneficios superan ampliamente estas limitaciones. Desde el punto de vista del cliente, sus datos, tarjetas y fondos se mantendrán protegidos y libres de robos. Para un negocio online, evitará muchos problemas relacionados con el fraude, protegiendo los ingresos y la reputación corporativa.
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