Criptomonedas en Cuba

El mundo de las criptomonedas en Cuba y sus riesgos

Las criptomonedas y sus atractivas prestaciones suman cada día más adeptos alrededor del mundo. Desde la aparición de la primera criptomoneda en 2009, el desarrollo vertiginoso de este ya no tan desconocido campo, siguen dando de qué hablar en la comunidad internacional. El surgimiento de nuevas de criptomonedas, su minería, el trading con ellas, su particular descentralización e incluso las promesas de un enriquecimiento asegurado, llaman la atención de no pocos entusiastas. Sin embargo, son escasos los prudentes que se detienen a pensar un segundo en los peligros que abundan en torno a ellas. En el presente post pretendemos acercarnos un poco a las dos caras de las criptomonedas en Cuba.

Criptomonedas en Cuba

Según diversos reportes, se estima que el primer registro que se tiene de la realización de una transacción con criptomonedas en Cuba fue en el año 2015. De esa fecha hasta la actualidad, dichas monedas digitales han ganado buen terreno en la isla. Se han creado diversas comunidades y grupos de seguidores de las criptomonedas y su comercio, que ya abarcan todo el territorio. De esta manera se han podido identificar como las monedas digitales más populares en el país al Bitcoin, Ethereum, Litecoin, entre otras. El minado de criptomonedas no es una de las opciones preferidas, fundamentalmente por los grandes gastos que ocasiona, en equipo, electricidad, tiempo y costo de internet, etc. Sin embargo, la obtención de criptomonedas en Cuba y su intercambio adquieren un matiz muy particular.

Comercio de criptomonedas en Cuba

Si bien las criptomonedas se trabajan en el ámbito digital, los cubanos para adquirirlas han debido recurrir a métodos más tradicionales. Las sanciones económicas del embargo de los Estados Unidos a la isla, hacen que esta situación se torne más engorrosa. Ante la limitación de tener y usar tarjetas de crédito internacionales, los cubanos deben emplear el viejo método del comercio cara a cara, o la intermediación de terceros.

Por ejemplo, según reportes de diferentes medios, si alguien de una provincia determinada desea adquirir criptomonedas que se ofertan en otras provincias, tendrá que trasladarse allí o enviar a una persona de confianza. Dicha persona, entregará el dinero al vendedor directamente, quien luego le transferirá al wallet del comprador el monto de criptomonedas comprado. Igualmente, si algún cubano desea comprarlas en el extranjero, deberá pedir a algún familiar o amigo residente afuera que realice la transacción y deposite las criptomonedas en su wallet. Este después le devolverá al familiar o amigo el dinero invertido y la comisión correspondiente.

Ante este panorama se impone la pregunta: ¿por qué no utilizar un Exchange como todo el mundo? Pues bien, algunos de estos sitios como Bitfinex, Binance, Gemini, Kraken y Coinbase sostienen en sus términos de uso la prohibición de usuarios que sean ciudadanos y residentes de determinados países, entre ellos Cuba. Fundamentalmente son rechazados aquellos países embargados por Estados Unidos o que hayan recibido alguna sanción de las Naciones Unidas.

Alternativas

Para contrarrestar este hecho, los cubanos han empleados otros métodos de acceso. El uso de la redes sociales como vía para el anuncio de compras y ventas de criptomonedas en Cuba, tales como grupos de Telegram, Facebook, así como Revolico, una página de comercio electrónico alternativo. De manera general, el intercambio suele ser por medio de dinero físico o con trasferencias de saldo telefónico. Algunos incluso ven esta vía como un método más con el que contar para el envío de remesas a sus familias.

Igualmente, existen reportes que sostienen que los cubanos se aventuran a los sistemas de recompensa online, como minería en la nube o faucets (grifos). Estas últimas son sitios webs o aplicaciones que te recompensan con satoshi, pequeñas cantidades que equivalen a centésimas de millón de BTC; hay algunas que lo hacen con otros tipos de criptomonedas. Lo que el usuario debe hacer generalmente es completar un captcha o cualquier tarea que establezca la página, a veces es solo dar clicks. Suele ser común que haya que repetir muchas veces la misma operación antes de conseguir la recompensa. Incluso, hay que tener cuidado con estos sitios, porque en ocasiones son estafas y al final puedes no recibir nada, o, en el mejor de los casos, solo habrás perdido el tiempo.

Posición del gobierno

En la actualidad, no existen leyes que normen el uso de las criptomonedas en Cuba, ni su tratamiento. Sin embargo, el profesor Alexis Massó Muñoz del Instituto de Criptografía de la Facultad de Matemática y Computación de la Universidad de La Habana sugiere que es posible que pronto las posea. El propio presidente Miguel Díaz-Canel hizo declaraciones el año pasado en torno a la posibilidad de usarlas para la recaudación de impuestos y superar las sanciones de Estados Unidos. A tono con esto, el Ministro de Economía y Planificación comunicó que se está estudiando, junto con académicos, el potencial uso de las criptomonedas. Igualmente, se ha mencionado la posibilidad de emplear la tecnología del blockchain en el sector de la salud y el turismo.

Exchanges para Cuba

Ya sabemos que muchas exchanges se encuentran bloqueadas para las direcciones IP de la isla; no obstante, hay proyectos enfocados en aliviar esta situación. Sin embargo, aunque existan algunas alternativas, desde nuestro equipo recomendamos estudiar bien cualquier opción antes de aventurarse. Busca y estudia a conciencia, con muchos detalles y elige la que mejor se ajuste a tus necesidades.

Riesgos con criptomonedas

Quien crea que en el mundo de las criptomonedas no hay riesgos, ya está en riesgo. Las pérdidas millonarias que han ocasionado las estafas se hacen cada año más notables. Solo en 2019 fueron robados 4.000 millones de dólares. Cuba tampoco ha quedado exenta de estos casos. Si bien las estafas se orquestan precisamente para atrapar a los incautos, hay determinadas cuestiones que pueden darnos pistas para desconfiar de los sitios a los cuales les confiamos o “regalamos” nuestro dinero.

Sistema multinivel

Supongamos que existe un fabricante de determinado producto cuya actividad es simplemente venderlo. Su primer nivel de compradores, que serían los distribuidores que a la vez son los primeros consumidores, se encarga de hacer las labores de marketing, publicidad y distribución, tratando de buscar nuevos clientes. El ultimo nivel sería el del cliente consumidor final, quien solo compra el producto. Los beneficios obtenidos de las ventas que se les hacen a esos clientes finales serán entonces repartidos entre el nivel de compradores-distribuidores; en otras palabras, la repartición será proporcional al trabajo realizado por cada uno en la captación de nuevos clientes. Por cada cliente que consiga, obtendrá ganancia, por ende, mientras más clientes fidelice, mayor será la ganancia. Pueden existir tantos niveles intermedios como se quiera.

Lo mismo sucede en Internet, porque cuando el cliente final compre el producto o deposite la inversión, tú vas a recibir un porcentaje de ganancia por haberlo captado. Así mismo le pasará a él si capta a otras personas. Esto como tal no es un sistema catalogado como estafa; de hecho así funcionan muchas empresas, con sistemas multiniveles. Lo que hay que hacer es estar muy atentos siempre no vaya a ser que en algún punto esto se torne perjudicial para uno.

Esquemas Ponzi o esquemas piramidales

Existen sitios que nos reclutan vendiéndonos la atractiva idea de invertir en determinado proyecto, en este caso de criptomonedas, que en poco tiempo nos retornará una ganancia de alrededor del 200 % de la inversión inicial. Además, nos piden que les comentemos a otras personas para que también se unan y así todos se enriquezcan juntos. Cuando recibimos referencias de personas que lo han logrado antes nos convencemos de que es un buen negocio y ahí … caemos en la trampa.

En esto consiste el esquema Ponzi o esquema piramidal. Los primeros que invierten, son los que siempre ganan, porque sus retornos se pagan con el dinero que invierten los que se incorporan después. Así, los últimos siempre pierden. Por eso te insisten en la necesidad de reclutar cada vez más personas para que se unan y supuestamente se “enriquezcan” también. Se ganan la confianza del cliente primero y luego este se siente seguro de invertir montos cada vez más grandes. El verdadero objetivo te lo disfrazan muy bien y solo te venden la idea que fascina y ciega a las personas: ¡te harás rico! En ocasiones se cierra la plataforma de repente y desaparece, con ella, tu dinero.

Como dato curioso comentamos que el nombre de esquema Ponzi proviene de un famoso italiano emigrado a los Estados Unidos a inicios del siglo pasado quien, aplicando este método, logró estafar a muchísimas personas. Debido a este hecho, se acuño el término en los manuales de economía a nivel mundial. En la actualidad, no son pocas las plataformas de intercambio de criptomonedas, o sitios relacionados, que aplican un esquema similar, y luego un buen día desaparecen de repente, embolsándose todo el dinero recaudado con engaños.

Advertencia 2.0

Si en el mundo físico existe la estafa, ¿qué te hace pensar que en el mundo digital no será así? Mucho más si tenemos en cuenta que, tras una computadora, nunca sabrás la verdadera identidad del que está del otro lado. Ya de por sí las criptomonedas son un terreno sumamente riesgoso. La alta volatilidad de su precio puede hacer desplomar en segundos una ganancia que parecía más que segura. Ante cualquier problema en el intercambio, la inversión, la compra-venta, etc., nadie podrá ayudarte; porque si bien es positivo que las criptomonedas sean descentralizadas para que no existan intermediarios, estos tampoco existirán cuando necesites de alguien a quien reclamar ayuda por algún problema de ese tipo. Así que, si aún estás entusiasmado por incursionar en el mundo de las criptomonedas, te recordamos que siempre antes de hacerlo:

  • estudies y analices a profundidad ese campo
  • desconfía de las ganancias cuantiosas y rápidas
  • sé cauteloso con tu dinero
  • no te dejes llevar por los impulsos, sé paciente
  • aprende cuando es el momento de retirarte o de continuar
  • no arriesgues más de lo que tienes o de lo que estás dispuesto a perder
  • y nunca, nunca, nunca … des tu información personal y contraseñas a personas o entidades desconocidas