En este punto tal vez se pueda pensar que ya se está haciendo de todo en el negocio para lograr una rentabilidad positiva. Sin embargo, a veces no reparamos en determinados detalles que pudieran parecer triviales pero cuya correcta ejecución pudiera ser determinante.
Tabla de contenidos
Control económico serio y permanente
El tema económico debe ser celosamente controlado, ya sea por ti si te encargas de eso directamente, o por la persona que hayas designado. Debe permanecer siempre bien claro lo relacionado con los pagos y cobros del negocio. Se debe evitar cualquier tipo de dificultad con el cobro del servicio que brindas o el producto que vendes; de lo contrario eso empañaría tu negocio y tu imagen.
Por otra parte, se recomienda llevar todas las cuentas de manera estricta para garantizar una adecuación del presupuesto y una optimización de la administración. Así, las compras de insumos y materias primas podrán realizarse basadas en las necesidades reales de acuerdo a las existencias en stock. Los gastos necesarios, tanto los fijos como los variables, podrán reajustarse de ser preciso y se podrá llevar constancia de todos los movimientos. Lo importante de todo esto es que, manteniendo las cuentas claras, no habrá margen a sustos.
Tareas bien definidas, organizadas y control sistemático de todo
Tanto el que se inicia como el que ya lleva algún tiempo en su emprendimiento debe tener una serie de tareas identificadas como básicas en su negocio. Aseguramiento de materias primas, trasportación, almacenamiento, aspectos relacionados directamente con la producción o la ejecución del servicio, publicidad, búsqueda de clientes, y muchos etcéteras. Cada emprendedor debe ser capaz de visualizar esas tareas y organizarlas eficientemente. De esta manera, la ejecución de las mismas puede ser optimizada aprovechando tiempos y disponibilidades.
Si hay elementos que deban ser realizados diariamente o con determinada jerarquía, lo más recomendable es reflejarlos en una lista. Un registro diario o semanal de lo que necesitas hacer para asegurar mínimamente lo necesario para tu negocio es de gran utilidad. Así, podrás verificar qué tareas no se realizaron o cuáles son las próximas a realizar. De esta manera, se reducen bastante tanto la posibilidad de olvidos como los riesgos o dificultades que podrían provocarle al negocio.
Organizar las tareas es un punto de partida, pero no es suficiente. Se debe realizar un seguimiento constante y monitorear la realización de las mismas. Puede que haya algunas que estemos realizando pero que no estén dando los frutos esperados. Un control constante sobre ellas permite su detección y favorece el análisis de la misma para su necesario reajuste y optimización.
Separa tu negocio de tus asuntos personales
Sabes que el negocio es tuyo y que lo invertido y ganado también lo es. Entonces, te sientes con la libertad de tomar el dinero que necesites del negocio, incluso si no es para invertirlo en necesidades del mismo. Esta práctica provoca que al final no puedas tener un resultado verdadero y confiable de los beneficios que te está reportando. Así, pudieras malinterpretar que tu negocio no está siendo rentable y tomar decisiones insensatas. Por el contrario, si mantienes bien la distinción entre lo que es personal y lo que es del negocio, podrás obtener un resultado confiable.
- Mantén separadas las cuentas. Tu cuenta personal no debe ser la misma del negocio. Esto no solo te permite organizarte a ti, sino además te facilita las cosas a la hora de pagar impuestos.
- Asígnate un sueldo. Sí, serás el dueño y jefe de todo aquello, pero dentro de las ganancias que debes proyectar para tu negocio, debes tener en cuenta el sueldo. Si todos los meses recibes un dinero te verás menos tentado a sacar dinero del negocio. Además, necesitas vivir cada mes y aunque hayas pasado de ser un simple trabajador a dueño de un negocio, también necesitarás realizar tus propios gastos. Paralelamente, deberás contemplar el sueldo de los trabajadores que contrates.
- Establece tu tiempo para trabajar en tu negocio; el negocio no avanza solo. No puedes supeditar las actividades necesarias para tu negocio a los ratos libres que tengas. Aunque seas el jefe necesitas disciplina y constancia en el trabajo. Así que establece tu propio plan de trabajo y cúmplelo.
- Sé objetivo. No te dejes llevar por una corazonada. Algo bueno que puede estar pasando en tu vida o que fue exitoso para otros negocios no tiene por qué serlo para el tuyo. Así que analiza bien todas las variables involucradas antes de realizar grandes cambios.
La tecnología como fiel aliada
El avance de la tecnología contribuye, entre otras cosas, a facilitar la vida y los quehaceres diarios. ¿Por qué no aprovecharla como se debe si para eso se ha desarrollado? Existen múltiples softwares creados específicamente para ayudar a todo tipo de negocio. Por ejemplo, llevar las cuentas, realizar análisis sencillos y complejos, trabajar con los registros históricos, actualizaciones de inventario, trabajo en redes sociales, generación de facturas,… e incluso existen aquellos que te gestionan el negocio completo.
Entonces, si la tecnología está a nuestra disposición, hagamos de ella nuestra fiel aliada. Invirtamos en aprender, en automatizar, en optimizar todos los procesos de nuestro negocio. El cliente lo agradecerá e incluso nosotros mismos.
Aprender a delegar
Podemos ser una persona multitarea, capaz de desempeñar diversas funciones. Sin embargo, para que todo fluya apropiadamente debes entender que no puedes hacerlo todo tú. Pretender que un negocio que va a crecer o que va a recibir variados clientes pueda manejarlo una sola persona es autoengañarse. Aferrarse a hacerlo todo uno mismo por miedo a los errores ajenos es sobreexigirse y esto inevitablemente conducirá igual a errores, pero en este caso tuyos. Entonces no importa quien cometa el error, la clave está en evitarlos, pues cualquiera que sea generará dificultades al propio negocio. En este sentido, identifica aquellas acciones que no necesitas hacerlas tú o que no te corresponden, y delégalas en tus empleados. La idea es que las actividades del negocio fluyan sin que existan interrupciones que se puedan evitar con una simple reasignación de tareas.
Cuenta siempre con un respaldo económico
Los imprevistos, tal como el mismo término lo indica, son muy difíciles de predecir. No obstante, la ingenuidad de creer que a nosotros no nos puede pasar hay que desecharla. Sí, nos puede pasar, y mucho más frecuente de lo que podamos siquiera imaginar. Así que, si queremos poder hacerles frente y salir airosos, necesitamos un “salvavidas” al que agarrarse en momentos de emergencia.
Algunos le llaman colchón financiero a ese respaldo económico necesario del que puedes echar mano en momentos de crisis. Para la formación del mismo es necesario que mensualmente le vayas depositando cierta cantidad de dinero. Se recomienda que, como mínimo, ese respaldo debe cubrir los gastos fijos de tu negocio por lo menos durante 6 meses. Esto te brindará alivio y tranquilidad mental ante cualquier eventualidad. Así, tu negocio podrá seguir sustentándose sin que corras el riesgo de tener que cerrar a la primera contingencia.
Creatividad y diversificación
Podemos llegar a un momento en que consideremos que nuestro negocio está muy bien así como está. A los clientes les gusta y nosotros recibimos buenas ganancias. Sin embargo, lo más probable es que dicho estado ideal no dure mucho. En este sentido, hay que tratar de ir un paso adelante. Innovar, crear, reinventarse. Mostrar vestigios de algo novedoso, o al menos añadir una dosis de frescura a la propuesta habitual puede ser acertado. El cliente lo percibirá como renovación e interés por el continuo mejoramiento, sintiendo que se mueve al ritmo del desarrollo mismo.
En ocasiones no es necesario cambiar de golpe alguna estrategia o acción. A veces, la diversificación de la propuesta o la aproximación a nuevos públicos puede ser una alternativa apropiada. Todo depende de dar riendas a la creatividad sin perder el sello que te identifica.
Trabaja cuidadosamente tu cliente
El producto o servicio que comercializas no determina por sí solo la atracción del cliente. En un mercado con tanta diversidad de ofertas y tan alta competencia lograr que un cliente te escoja no es tarea fácil. Si a esto le sumas la poca atención a tus clientes, lo más probable es que en la próxima compra el cliente opte por probar otras opciones, y te abandone.
La atención al cliente es muchas veces subvalorada. Las personas no se dan cuenta que hoy en día una placentera experiencia de usuario es capaz de fidelizar tantos clientes como las rebajas de precio; y a veces más. A esto debe sumársele el hecho de que el cliente suele leer comentarios de experiencias pasadas antes de proceder a la compra o contratación de servicio. Y si además se topa con repetidos comentarios negativos sobre tu negocio, la probabilidad de rechazo es segura.
Por esta razón, dedícales tiempo a tus clientes. Establece un servicio que hasta tú mismo sientas la necesidad de repetir si fueras tu propio cliente. De ser necesario, incluso, realiza inversiones en programas de fidelización. Con todo esto, lograrás no solo enganchar a más personas sino también que tus actuales clientes se mantengan y deseen repetir contigo.
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